Los controles a las cuevas hicieron que bajara la cotización del dólar blue. Qué puede esperarse hasta el balotaje
Foto: Yemel FilEn la economía nuestra de cada día, como pasa con la política por definición propia, todo es posible, para bien o para mal. Y así cómo tras la devaluación pos elecciones PASO el dólar blue empezó a dispararse con la incertidumbre y tocó un precio récord de $1200, en el último mes empezó a estabilizarse y a pocos días del balotaje cae. ¿Por qué tuvo ese comportamiento, y qué representa?
Ese oscuro objeto del deseo para muchos argentinos que buscan refugio ante una disparada inflacionaria o cuando cruje la macro también sufrió de los vaivenes de una campaña por momentos sucia. Se sabe que dimes y diretes de candidatos de cara a una elección repercute por momentos muy fuerte en los principales indicadores de una economía en carne viva, y la curva del dólar blue lo evidencia a las claras sobre todo luego de los dichos de Javier Milei y su desprecio por el peso.
Camino al balotaje presidencial, el ministro-candidato Sergio Massa respondió rápidamente. Una serie de allanamientos por parte de Afip/Aduanas y Gendarmería en distintas cuevas de Buenos Aires y Mendoza desnudó la trama de la causa "del croata" Ivo Rojnica, y en cierto modo fue un bálsamo en momentos en que la especulación estaba a la orden del día y un dólar blue disparado por encima de los $1000 empezaba a trasladarse a precios.
Aunque algunos auguraban ese valor más temprano que tarde por lo que anticipaba el llamado dólar futuro, no pocos empresarios y conocedores del mercado financiero consideran que ese tipo de cambio informal alcanzó un sobreprecio ficticio, sostenido por el "efecto Milei" apenas y su promesa (y pedido) de dolarizar.
Que Javier Milei ("los pesos no sirven ni como excremento, siempre el dólar") llamara a dolarizar los ahorros fue un imprevisto gatillo para el precio del dólar blue. Incluso con un desdoblamiento que engendró al "blue del blue", último fenómeno de un año en el que ya trepó más de $460.
Eso hizo que las pizarras mostraran un precio, y en la calle se transara con otro. Un escenario al que sobrevino otro de retracción y luego más estable, sucedido por uno, el actual, que ahora muestra un mercado virtualmente paralizado, casi sin operaciones a un ritmo de caídas de ente $10 y $20 diarios que llegaron a ser de $70 en una misma rueda.
Parece haber pasado meses desde la disparada que lo llevó a tocar $1200 por unidad el viernes 22 de octubre: fue luego de sumar $145 en una jornada. Ese valor que marcó la amplitud de la brecha en relación a los $600 del 14 de agosto, en coincidencia con la devaluación del 22% pos PASO.
Pero el buen resultado obtenido por Massa en la última elección general hizo que resignara un 12% al día siguiente. Desde allí se mantuvo oscilante en la banda de los $900, e incluso ya perforó ese piso.
A 11 días del balotaje que develará al próximo presidente lo que pasa es interpretado como algo positivo luego de tanta incertidumbre. La mirada positiva permite interpretarlo como una conducta virtuosa, y más real, para un mercado que necesita recuperar la tranquilidad perdida al cabo de 4 comicios teñidos de mucha incertidumbre.
La premisa del Gobierno es disipar los nubarrones a costa de lo que sea e instalar esa idea de la "virtud" de un dólar más razonable. Incluso para derribar el afán de muchos ahorristas de usarlo como cobertura, con lo cual según un operador de la city considera que el balotaje será "cara o cruz para un precio pisado, o será tal vez que ya se descuenta una victoria del oficialismo".
Lo cierto es que la última semana mostró a un Massa rápido de reflejos. El candidato oficialista sabía que era imperioso quitarle presión al tipo de cambio para despejar la palabra "devaluación" de la cabeza de los votantes, que volverán a las urnas con el recuerdo del salto de 22% que dió el 14 de agosto, el día después de las elecciones PASO 2023.
Massa pudo aplicar al autorizar a los exportadores poder cobrar a un mix entre el dólar oficial (70%) y financieros como el MEP o CCL (30%). Fue la más reciente señal para matar 2 pajaros de 1 tiro: engrosar las flacas reservas del Banco Central, y sobre todo calmar a un mercado cambiario sumergido en las especulaciones.
"Fue algo así como devaluar, sin devaluar explícitamente. Es lo que hizo el Gobierno al reconocerle a los exportadores liquidar divisas a ese precio", señaló un experto.