Luis Battaglia es arquitecto y escultor y su intención es sumar a la comunidad para que el arte no sea solo una posibilidad elitista.
Un artista mendocino que convirtió un viejo taller familiar en un espacio de arte popular.
Si hay una palabra que define la obra del arquitecto y artista plástico mendocino Luis Battaglia esa palabra es “ecléctica”. Es que Battaglia no podría encasillarse en un tipo de expresión artística en particular: no es solo un escultor, ni un pintor, sino que ensambla piezas, utilizando distintas técnicas y materiales, porque tiene algo que decir, una reflexión que hacer.
Por esto podría decirse que es un artista conceptual, que busca interpelar a los espectadores con sus obras, sobre distintas problemáticas sociales.
Si bien ha trabajado en proyectos de alta gama, como el resort de lujo Los Chozos, junto al artista mendocino Sergio Roggerone, Battaglia tiene un concepto popular del arte. Por esto, transformó un viejo galpón familiar, donde funcionó durante mucho tiempo una gomería, en un centro artístico, en el corazón de Villa Hipódromo, en Godoy Cruz.
Allí tiene su fundación Orígen y “su bunker” creativo, que él quiere compartir con la comunidad.
Battaglia refuncionalizó el galpón que durante mucho tiempo perteneció a su familia con la intención de abrir un espacio de arte para la comunidad y le dio su impronta.
Lo que él hace es utilizar materiales que ya han sido descartados para sus fines originales, pero a los que se les puede dar una nueva vida a través del arte. Por eso, en su atelier tiene diversas “joyas” que han pertenecido a bares, negocios que han cerrado sus puertas, y un gran talento para investigar en chacaritas. Su espacio es un compendio de objetos resignificados.
Pero, ninguno de estos materiales es utilizado fortuitamente, sino que todo responde a conceptos con los que el artista trabaja: el hecho de no sujetarse a los parámetros políticamente correctos desde los objetos, es uno de estos principios.
Así, un manojo de clavos de herraduras de caballos puede ser utilizados para representar “el doble filo” de las palabras: porque esos clavos son suaves en uno de sus extremos y muy agudos en el otro. Pueden ser útiles y al mismo tiempo, lastimar.
Maniquíes encerrados en jaulas tienen el poder de representar las ataduras humanas, y todo esto, además de ser arte, es una forma de lenguaje.
“Mi trabajo sobre el metal y otros materiales, genera una obra muy sensible que no tiene un final, que se desarrolla y sigue creciendo y eso es lo que más me motiva. Busco que cada individuo agregue valor a la obra”, manifestó.
Además de las esculturas que tiene en su atelier, Battaglia es autor de una gran escultura que es muy conocida para los mendocinos: se trata de la obra “Origen”, que se encuentra justo en el ingreso al aeropuerto El Plumerillo.
La obra, construida con 250.000 kilos de diversos materiales, y con una dimensión de 240 metros lineales, representa la matriz productiva de la provincia.
Lo que representa la obra es la agricultura, la metalmecánica, la minería y el petróleo. Pero también el autor ha tenido en cuenta a la inmigración: por eso se utilizaron cadenas de barcos en la instalación de la obra.
La escultura fue pensada para que se pudiera apreciar a la velocidad con la que pasan los vehículos por la Costanera, sin embargo, comienza a tener algunos signos de deterioro producto del paso del tiempo. Entre sus principales anhelos está la puesta en valor de esa gran obra que fue inaugurada hace casi diez años.
A través de instalaciones que buscan ser desafiantes para el espectador, Battaglia mostrará su obra “Sujeto Sujetado”.
Lo que él busca es que sea una experiencia visual e introspectiva para quienes la visiten.
En esta muestra Battaglia se ha propuesto explorar las distintas formas en que los individuos son atrapados o "sujetados" por los mandatos de la sociedad, el consumo y la tecnología.
La puesta se inaugura el 27 de noviembre, a las 20.30, en el atelier de Battaglia, ubicado en Paso de los Andes 1340, Godoy Cruz y estará disponible para que el público la visite de miércoles a domingos desde las 19.
Según el artista, con esta exposición no busca un fin meramente estético, sino que quiere interpelar al espectador y hacerlo reflexionar sobre cómo nos vinculamos con el mundo que nos rodea: las fuerzas que condicionan nuestras decisiones, el papel que juegan las normas, las redes de comunicación y el mercado en nuestra vida cotidiana.
Por esto, ha pensado en que las esculturas y objetos que la conforman sean disparadores inviten a la crítica y al análisis.