El piloto Franco Colapinto ya respira Fórmula 1 y desde este viernes, su nombre figurará oficialmente en el box de Alpine en Imola, donde este domingo se correrá el Gran Premio de Emilia-Romaña.
El piloto argentino Franco Colapinto está listo para volver a correr en la Fórmula 1. Entrá la nota y mirá lo que pasó ahora.
Franco Colapinto buscará la victoria.
El piloto Franco Colapinto ya respira Fórmula 1 y desde este viernes, su nombre figurará oficialmente en el box de Alpine en Imola, donde este domingo se correrá el Gran Premio de Emilia-Romaña.
El argentino tendrá su regreso a la máxima categoría como titular, y las primeras imágenes que llegaron desde el circuito italiano ya encendieron la emoción de los fanáticos: su cartel con el número 43 ya cuelga en el paddock y el monoplaza espera en el garaje para rugir en pista.
El cambio se produjo tras seis fechas sin resultados de Jack Doohan, y Alpine apostó por el talento del pilarense, que ya había dejado buenas impresiones en 2024 cuando reemplazó a Logan Sargeant en Williams.
Colapinto, que firmó por cinco carreras, llega con rodaje en el simulador y con conocimiento del trazado italiano, donde fue campeón en Fórmula 3 y también supo ganar en Fórmula 2. “Estoy muy emocionado por el fin de semana, mucho trabajo con los ingenieros, estoy listo para esto ”, expresó desde la sede de Enstone, donde se lo vio rodeado de autos históricos y trofeos, incluyendo uno del GP de Buenos Aires 1996
El debut como piloto titular será este domingo a las 10 (hora argentina), en una competencia de 63 vueltas y 309 kilómetros totales. Antes, tendrá entrenamientos libres el viernes (8:30 y 12:00) y el sábado (7:30), además de la clasificación el mismo sábado desde las 11.00.
Su compañero será Pierre Gasly, y el objetivo no es menor: tratar de estar entre los diez mejores en la clasificación e intentar sumar puntos desde el inicio y confirmar que su ascenso al gran circo no fue casualidad.
La ilusión de Colapinto se traduce también en los detalles que ahora lo rodean: el cartel con su nombre y su número, el 43, simboliza más que una presencia, es la confirmación de que un argentino vuelve a tener su lugar en la Fórmula 1. Si bien el camino recién comienza, este fin de semana en Imola puede ser el primer paso para construir un nombre que se quede definitivamente entre los grandes.
