Portezuelo del Viento: una obra de y para los Mendocinos

CÓMO DIRÍAMOS EN EL BARRIO, LOS DE AFUERA SON DE PALO.

Por Marcelo López Álvarez

Hace unas horas el responsable de la cuarta olivícola del mundo- en cuanto a calidad- el enólogo Gabriel Guardia, confeso en una nota con los colegas Marcelo Bustos Herrera y Pablo Perez Delgado para la revista Estrategias y Mercados, que para esta producción Laur tuvo que comprar el 90 por ciento de las aceitunas fuera de Mendoza.

En los círculos productivos se desato el debate inmediatamente que paso con las tradicionales y excelentes en calidad aceitunas de Mendoza. La respuesta tiene nombre y apellido y es Promoción Industrial, ese nefasto invento de la política que permitió un festival de inversiones de las sanas y de las dudosas en San Juan, La Rioja, Catamarca y San Luis entre otras.

Las inversiones agrícolas prefirieron sacrificar calidad a favor de oportunidad y así La Rioja, Catamarca y San Juan se volvieron en tierra de olivos, mientras en Mendoza mirábamos de lejos y aun hoy pagamos las consecuencias.

La misma historia se repitió con fabricas y plantas industriales (muchas con rueditas) que elegían San Luis aunque su infraestructura y logística en aquellos tiempos era notablemente menor a la de Mendoza.

Cientos de empresarios, pymes, ciudadanos de Mendoza se vieron y aun se ven notablemente perjudicados por aquellas políticas que recién después de muchísimos años se vieron desterradas.

Cansada ya de ver perder oportunidades y con acuerdo de todas las fuerzas políticas la provincia comenzó una demanda contra la Nación por mas de 800 millones de dólares para reparar los daños y el dinero perdido en manos de provincias vecinas, en palabras simples recuperar el dinero de los Mendocinos.

En el 2006 con el juicio país perdido en la Corte, el gobierno nacional comandado por Nestor Kircher llegó a un acuerdo con el que a la postre serio candidato a vicepresidente, el gobernador Julio Cobos, para desistir el juicio a cambio de los aproximadamente mil millones de dólares para la construcción de un viejo sueño mendocino para generar energía y aumentar los oasis irrigados. La presa Portezuelo del Viento. El acuerdo de rescisión por obra también tuvo el apoyo de todo el arco político mendocino al ser ratificado en la Legislatura local en el 2007.

Una cosa queda clara y no tiene discusiones, la plata de Portezuelo del Viento no es de la Nación, es de los Mendocinos y es seguramente solo apenas una parte de lo que durante años le fue saqueado de los bolsillos de la provincia con las políticas de promoción industrial que permitieron a las provincias vecinas alzarse con los beneficios que le correspondían a Mendoza que veía como aquí cerraban las industrias para mudarse a los territorios cercanos en busca de beneficios que eran casi como la isla de la fantasía.

A que viene a cuento esto, a que un grupo de empresas nacionales usando incluso como altavoz a medios que se bautizan como mendocinos buscan cuestionar que las empresas mendocinas tengan algún tipo de prerrogativa en la licitación de la obra.

Y esta bien que la tengan porque el dinero para Portezuelo del Viento no es una concesión graciosa de la Nación, son los millones de dólares que durante años Mendoza entregó ( a veces muy mansamente) para que se desarrollen otras provincias. Ahora le toca a Mendoza y a los empresarios y trabajadores mendocinos recibir y usufructuar para el desarrollo lo que es fundamental y originalmente nuestro.

Es posible que muchos estén enojados, ven escapar un negocio de sus manos, pero los que hoy están enfadados son los que aun deben explicar mucho de su accionar durante años. No por nada aparecen mencionados reiteradamente en los famosos cuadernos y sus directivos procesados y embargados ante la justicia.

Los Chediak, los Techint, los Dragonetti, los Roggio, los Calcaterra o los Wagner que transitaron procesamientos y embargos quieren ahora desesperadamente participar en una obra histórica y arrebatar una vez más los recursos de los mendocinos usando viajas artes; pidiendo cambiar las reglas del juego cuando el partido ya está empezado.

Llevan a la confusión a las Cámaras nacionales que se suben al discurso de que no hubo tiempo. Hace 9 meses que se lanzo la licitación y la documentación para consultar está disponible desde el primer día en la web del Gobierno de Mendoza, tuvieron un grosero error de cálculo político y creyeron que la obra nunca se iba a hacer. Pero primó la voluntad política de Mauricio Macri primero y de Alberto Fernández después y la plata está y la obra ya en los últimos días de su proceso licitatorio.

Aducir de que con los millones de dólares que mueven y los equipos técnicos que tienen no tuvieron tiempo de estudiar y preparar su presentación en 9 meses definitivamente no habla muy bien de ellos. Se quejan de que las empresas mendocinas tienen preferencia y bienvenido que sea así, no solo porque las empresas de la construcción y de la metalmecánica mendocina -asociadas a alguna empresa internacional con experiencia- les sobra capacidad para responder a los requerimientos de la obra sino porque además son la garantía de que el dinero de los mendocinos quedará por fin en Mendoza.

Portezuelo es una obra ideada hace mas de 50 años por mendocinos, que no solo beneficiara a la provincia, sino que generara energía para toda la región. Como fue cuando se inicio el juicio y cuando se logro el acuerdo, toda la clase política y empresarial local debería ahora respaldar fuertemente un proceso licitatorio que está a las puertas de entregar a Mendoza una gran obra y producir un derrame económico como ninguna otra actividad ni proyecto lo hizo en los últimos 30 años.

Como diríamos en el barrio los de afuera son de palo.

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