La voluntad no se toma cuarentena

Solidaridad: conformaron un grupo de vecinos para confeccionar barbijos

Por Florencia Rodriguez

Como tantos negocios y comercios, la mercería de Gimena Romero, su hermana Micaela y su amiga Delfina debió cerrar sus puertas por la cuarentena obligatoria. Sin embargo, el aislamiento no las detuvo: con la ayuda de otros mendocinos y mendocinas, pusieron manos a la obra y confeccionan barbijos para que el Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes de la provincia distribuya.

El faltante de insumos para el personal sanitario no es novedad. De hecho, una de las mayores preocupaciones es proteger a quienes cumplen a diario la tarea de cuidar del resto de la sociedad. Así las cosas, lo que era un emprendimiento se transformó en un polo de solidaridad. El objetivo: 10 mil barbijos, el equipo, 34 personas y muchas ganas de ayudar.

Gimena, Delfina y Micaela, trabajando desde casa.

Gimena es diseñadora de indumentaria, trabaja como docente en un Centro de Capacitación para el Trabajo (CCT). Allí da clases de corte y confección y "tengo un local con mi hermana y su cuñada, somos tres. Es una mercería-taller porque también confeccionamos. Ya hemos hecho trabajos para fundaciones y organizaciones sin fines de lucro y por eso, me contactaron desde el Ministerio de Salud para preguntarme si podía colaborar haciendo barbijos y acepté porque siempre me gusta colaborar para causas solidarias", comenzó a explicar.

"Entonces, me trajeron todo el material y nos dimos cuenta de que era muchísimo por lo que íbamos a necesitar ayuda. Así, publicamos una convocatoria en Instagram. La idea era conseguir colaboración de personas que estuvieran en un radio cercano. Si bien, el ministerio nos otorgó un permiso para poder circular, somos conscientes y acatamos la curentena obligatoria por lo que no queremos recorrer grandes distancias. Unas 200 personas nos respondieron y ofrecieron su ayuda, quedaron 30 personas que viven cerca y a ellas les distribuimos el material junto con un tutorial y un modelo y pasamos a buscar los barbijos cada tres o cuatro días", agregó Gimena.

En primer lugar, la docente se comunicó con sus alumnas y ex alumnas y luego, se abrió el llamado al que respondieron muchos/as mendocinos/as contando que tenían en sus casas máquinas de coser, tiempo y, sobre todo, muchas ganas de ayudar. Una vez que les reparten los materiales, el tutorial y el molde, cada persona o familia comienza a trabajar en su casa en la confección de barbijos. Gimena pasa por estos, los embolsa y espera el aviso del ministerio que pasará por su hogar a buscarlos.

Más de 200 personas ofrecieron su ayuda.

Así pasa entre 6 y 8 horas diarias en las que llega a elaborar hasta 80 barbijos. Como ella y como su hermana y su amiga, quienes trabajan en esta noble tarea lo hacen de forma voluntaria, desinteresada y, por supuesto, cada uno/a desde su casa. "No dábamos abasto con la confección, tenemos que hacer unos 10 mil barbijos y es un proceso que lleva tiempo. Por eso, con mis socias empezamos a buscar gente por la zona, cerca de Godoy Cruz y cerca de Carrodilla para poder repartir el material", contó Gimena.

"Fue entonces cuando hicimos un posteo y nos escribieron más de 200 personas. Se me quiebra la voz... me impacta, me llega mucho al corazón la solidaridad. Nunca me imaginé que iba a haber tanta gente que quisiera colaborar, que se abriera. Porque, hay amigas, alumnas, colegas y se van copando y se arma una red pero por fuera de lo que una conoce, es increíble la cantidad de personas que abrió su casa para ayudar, eso es algo muy valioso. En estas situaciones, saber que podemos estar aislados/as pero no solos es algo para valorar. La gente no se queda en el miedo, da un paso al frente y ofrece su colaboración y esa es la forma en la que todos salimos adelante", cerró.

Para colaborar: 2613 875 406 - IG: @divinobotonmendoza

Trabajando en familia.


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