en un departamento céntrico

Investigan el suicidio de una policía que había denunciado maltrato

Por Pablo Segura

La fiscalía de homicidios y violencia institucional investiga la muerte de una policía mendocina, quien el miércoles 8 de enero se suicidó de un disparo usando su arma reglamentaria, según sus compañeros y familiares, porque era víctima de constantes maltratos en su trabajo.

La víctima fue identificada como la Inspectora Gabriela Carrizo, quien apareció sin vida en su departamento de calle Pedro Molina y Mitre, en Ciudad.

Fuentes judiciales ligadas a la causa confirmaron que la Inspección General de Seguridad había recibido en los últimos meses del 2019, al menos una denuncia de la uniformada, quien denunciaba a otros dos policías por constantes maltratos laborales.

A esto se le sumó el rumor de la existencia de una carta que habría dejado la víctima, contando todos los padecimientos a los que era sometida.

El caso generó que el fiscal Carlos Torres inicie una causa para determinar si hubo una instigación al suicidio. Actualmente, el expediente está calificado como "averiguación muerte".

Si bien está confirmado que la mujer se quitó la vida, sin la participación de terceros, sus compañeros y familiares ratificaron la situación de maltrato.

Varios efectivos que trabajaban con ella, como así también su hija y pareja, dieron cuenta de la complicada situación que vivía Carrizo.

Contaron que en el último tiempo había sido trasladada en varias ocasiones y contaron, puntualmente, los maltratos que sufría en una de esas dependencias.

Según fuentes consultadas por este diario, Carrizo había sido derivada, recientemente, a la Comisaría 11 de Luján de Cuyo. Sin embargo, antes había pasado por la Unidad Investigativa de ese departamento, la Unidad Especial de Patrullaje del Municipio, la Comisaría Judicial y la Comisaría del Menor, entre otros.

Ahora la justicia investiga los motivos por los cuales la uniformada tomó esa drástica decisión.

Al mismo tiempo también se inició una investigación en la Inspección General de Seguridad. Algunos policías que fueron consultados por este diario y quienes prefirieron reservar su identidad por temor a represalias, cuestionaron que no se aplicó el protocolo por el cual se le debería haber retirado el arma.

Es que luego de que la mujer denunciara maltrato y problemas psicológicos, la IGS debería haberle sacado su arma, por precaución. Luego, justamente con esa pistola calibre 9 milímetros, se quitó la vida.

El fiscal Torres, consultado por Sitio Andino, dijo que ha ordenado una serie de pericias para confirmar las "razones que llevaron al suicidio" y explicó que la investigación "recién comienza". 

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