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Lleguemos como podamos, reloaded

Por Marcelo López Álvarez.

La historia del gobierno de la alianza entre el PRO y la UCR -que gestiona casi en soledad prepotente el partido que fundó Mauricio Macri con la pasividad cómplice de los herederos de Alem e Yrigoyen- parece ser circular, cambiando el viejo dicho de que el "hombre es el único animal que no tropieza dos veces con la misma piedra".

El 30 de diciembre del año pasado cerramos este mismo espacio de la siguiente manera "Con el año electoral encima, el gobierno parece apelar a una sola política económica, la de "Lleguemos como podamos". Los anuncios económicos del miércoles donde la palabra alivio fue protagonista, son una versión más desesperada del "lleguemos como podamos".

Un PDF con enunciados que deberán contrastarse con la realidad y el boletín oficial es por ahora todo lo que se conoce. Si bien el "pico" interminable de inflación sería el motivador del Plan Alivio, no hay una sola medida en el PDF tendiente a combatir el flagelo. En las 11 páginas inexplicadas aún por funcionario alguno -no se pude llamar explicación a la conferencia de los tres Ministros posterior al video del Presidente- no hay ninguna medida de fondo que pueda cambiar las condiciones macroeconómicas, son todos parches forzados y tirados arriba de la mesa a las apuradas, sin convicción y en las antípodas de lo que serían las ideas económico-políticas de quienes gobiernan.

Las medidas anunciadas, que quedaron en el freezer hasta que el lunes comience otra vez a girar la rueda de la realidad después de Semana Santa, son un compendio de cosas conocidas devaluadas por este mismo gobierno y que ahora las quiere recuperar, y otras que salieron de recortar pedidos realizados por diversos sectores, se parecen más a una jugada de marketing malo que a un programa de recuperación de la economía argentina.

Los productos sobre los cuales se controlarán los precios mediante la insólita metodología de un pacto de caballeros, apenas superan 5 docenas, contra 3 mil productos y servicios que monitorea el INDEC para establecer mes a mes el IPC. Sin contar que tienen precios diferenciados para cada región de la Argentina y algunos son solo protagonistas de una nueva ficción como por ejemplo la carne.

Otro artilugio conocido al que recurre la desconducción económica es a los créditos del ANSES para jubilados y beneficiarios de la AUH, algo que fue un hito de la campaña 2017. Esta vez es que con una tasa del 54 % anual si se tiene en cuenta el costo financiero total y se presume que los que ya tomaron créditos hace dos años y no lo han terminado de abonar podrían tomarlo pero para refinanciar el anterior.

Los anuncios de medidas para PYMES, que se deberían comprobar en los próximos días, trajeron más críticas que aceptación e incluso el supuesto retiro de las retenciones a las exportaciones está envuelto en un cono de sombras y trascendidos de cómo se implementará.

Es casi inútil repasar un PDF de enunciados que deberán concretarse y ver en la letra chica en las próximas horas. Sí llama la atención que queden fuera del control los combustibles, la energía y varios etcéteras de curiosa cercanía a los intereses de los empresarios amigos de la gestión.

Las cámaras de mayoristas incluso denuncian que una vez más -como desde el comienzo de la gestión- los únicos beneficiarios son los supermercados, no hace falta volver a contar que es un sector demasiado ligado a la fortuna familiar de uno de los principales hombres del gobierno.

El PDF con efectos de ibuprofeno con el que gobierno pretende llegar a octubre definitivamente no dio resultado en los mercados internacionales, el jueves el riesgo país se elevaba casi al mismo nivel de vuelo que el helicóptero que llevaba al Presidente a un nuevo descanso vacacional, mientras las acciones y los bonos argentinos en Wall Street se hundían como el consumo y el poder adquisitivo de los argentinos.

La misma gran ausencia que notamos nosotros, sea quizás la misma que notaron los prestamistas del Gobierno: no hay soluciones de fondo, no hay idea de cómo combatir la situación de vulnerabilidad en la cual está inmersa la economía de la Argentina.

Por derecha y por izquierda es evidente que el equipo gobernante no ha anunciado nada para combatir esas vulnerabilidades ni mucho menos la inflación, que por más buena voluntad declarativa que los funcionarios pongan, no cederá fácilmente.

Desde el lado heterodoxo del mostrador es claro que el Gobierno sigue sin entender que su principal flanco débil es la falta de divisas y el único responsable de profundizar ese problema es el propio Presidente, que está convencido que el manejo de las divisas no debe ser regulado por el Estado, no hay un solo líder en el mundo que él admira que sea capaz de aplicar una política de liberalización absoluta como aplicó esta gestión.

A fin del año pasado se estimó en unos 28 mil millones de dólares la cifra de exportaciones argentinas del complejo agropecuario cerealero, que permanecían en cuentas de Nueva York y Europa sin liquidar gracias al levantamiento de toda regulación para liquidación de derechos y exportaciones.

La cifra al final de este Gobierno en diciembre podría llegar a multiplicarse por 2,5, a juzgar por el ritmo de liquidación del campo y el furor de venta de silos bolsas para guardar las cosechas.

El Gobierno sigue empecinado en controlar el dólar sin dólares y en controlar la inflación apelando a algún conocimiento quizás mágico porque, por lo demostrado hasta ahora, no tiene entendimiento alguno de los factores del fenómeno inflacionario de la Argentina ni de cómo se maneja un mercado de consumo con alta concentración.

Los famosos excel del comienzo de gestión parecen haber mutado en PDF y nadie sabe cómo, cuándo y dónde se escriben, pero tienen claro que lo único que se acepta es un "Lleguemos como podamos Reloaded"

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