Con buen animo, y cumpliendo con su deber cívico, pero por sobre todo ejerciendo un derecho universal, Roberto Oses, puestero malargüino de Los Molles dejó el trabajo de crianza de sus chivitos para votar en la ciudad de Malargüe.
Con buen animo, y cumpliendo con su deber cívico, pero por sobre todo ejerciendo un derecho universal, Roberto Oses, puestero malargüino de Los Molles dejó el trabajo de crianza de sus chivitos para votar en la ciudad de Malargüe.
Cerca del mediodía Roberto Oses, un hombre de 75 años, de rostro curtido por el frio y el viento, votó en la mesa 3.805 de la Escuela Manuel Nicolás Savio Primaria, muy lejos de su puesto en la cordillera malargüina.
Con una alegría que contagió a varios jóvenes que conformaban su mesa, lo hizo diciendo que gustoso viajó con su familia a votar, como lo ha hecho durante toda su vida, recorriendo los 60 kilómetros que separan Los Molles, lugar donde se encuentra su puesto, y la ciudad de Malargüe.
Roberto le comentó a SITIO ANDINO que "para venir hoy dejé por un rato el trabajo de los chivitos, ya que empezó la parición y todos estamos con esa tarea".
"Gracias a Dios este año las últimas nevadas nos ayudaron para que haya una buena crianza, por eso nos tomamos un ratito, dejamos el corral y nos vinimos a Malargüe a hacer algo que nos gusta a todos, votar", redondeo este criancero malargüino que durante los meses de setiembre y octubre, como cientos en el departamento, se encargan con su grupo familiar de la crianza de chivitos que serán los que se ofertaran a fin de año como los mejores del país.
Hasta el momento se calcula que un 35% de los electores ya han emitido su voto.