Que iba a ver a su novia en Jáchal. Que viajaba sin el cinturón de seguridad puesto. Que cuando iba a entrar a una curva para girar a la derecha cabeceó. Que pasó de largo y cuando despertó iba a los tumbos dentro del auto. Que lo único que atinó a hacer fue agarrarse fuerte del volante hasta que el vehículo terminó encajado entre barrancos, a unos 8 metros de la ruta. Según Florencio Luna esa versión le contó su sobrino Iván Luna (28 años) tras salvarse de milagro del terrible accidente y también de otra amenaza mortal: el intenso frío que también le hubiera jugado la peor pasada si no salía a tiempo de su Fiat Uno, trepaba unos 5 metros de terraplén y conseguía auxilio en la ruta. Sin embargo, pudo salir y avanzar. Lastimado, golpeado, shockeado y confundido, hasta que por el lugar pasaron una bioquímica y un camionero que lo trasladaron hasta el hospital de Jáchal, donde evaluaron que lo más conveniente era que debía ser atendido en el Hospital Guillermo Rawson de Capital.