En la década de los '90 - época dorada del modelaje donde las supermodelos se hicieron famosas - era impensado ver en la pasarela a mujeres que no respetaran el cánon de belleza tradicional, es decir, el imposible 90-60-90 y 1,80 de altura. Claudia Schiffer, Naomi Campbell o Cindy Crawford dan cuenta de ello. Esa era la tendencia del momento y todos la respetaban.