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Cinco jueces le dijeron que no al caso AMIA

Se excusaron de integrar el Tribunal que debe juzgar el encubrimiento de la investigación del atentado, y el pago a Telleldin para inculpar a policías. Las excusaciones junto con las recusaciones conspiran contra la realización pronta del juicio, lo que se suma a la problemática estructural por la falta de jueces.

Por Sección Nacionales

Excusaciones varias, recusaciones y la falta de jueces. Una fórmula tajante que conspira contra la pronta realización de un juicio, y más si se trata de un caso complejo y con las características de la causa AMIA.

En mayo de 2011 llegó a instancia de juicio la primera de las causas, la que se investiga el pago de 400 mil dólares que recibió Carlos Telleldin para que inculpara a un grupo de policías bonaerenses en la participación del ataque, y quienes estuvieron presos varios años injustamente. Por este hecho, también serán juzgados el ex juez Juan José Galeano, los ex fiscales Eamon Müllen y José Carlos Barbaccia, y Anzorregui, entre otros.

Casi un año después, en marzo de 2012, el juez Ariel Lijo remitió a juicio la otra causa por el encubrimiento de la investigación del atentado, al obstruir la denominada pista siria, aquella que involucraba al empresario Kanoore Edul por su supuesta participación en la voladura de la entidad judía. En ella están imputados el ex presidente Carlos Menem, Galeano, el entonces titular de la SIDE Hugo Alfredo Anzorreguy y su segundo Juan Carlos Anchezar; y a los comisarios Carlos Castañeda y Jorge Alberto "Fino" Palacios.

Pero en estos últimos meses el principal problema que existe en el Tribunal Oral Federal 2, donde ambas cayeron, no pudo aún quedar definitivamente conformado y así avanzar con determinar cuál es la prueba que se va a utilizar en el juicio, y a futuro hacerlo.

El TOF2 esta originalmente integrado por Rodrigo Giménez Uriburu, Jorge Tassara, y Jorge Gorini. Es el mismo que tiene para juzgar la tragedia ferroviaria de Once, y todo indicaría que éste no sería en simultáneo con el juzgamiento de AMIA por las dificultades que implicaría.

Giménez Uriburu fue el primero en excusarse por su amistado con Galeano, y Tassara porque trabajó en el Poder Ejecutivo cuando Menem fue presidente. El lugar de este último lo reemplazó Pablo Bertuzzi, pero fue recusado por los querellantes Memoria Activa y la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación porque éste juez había declarado como testigo en la instrucción de la causa.

La Cámara Federal de Casación intervino y sorteó al juez Néstor Costabel quien por ahora quedó junto con Gorini integrando el Tribunal más allá que adujo dificultades porque en febrero próximo como integrante del TOF4 comienza nuevo juicio por delitos cometidos en el centro clandestino de detención conocido como "El Vesubio".

Ante la vacante de Bertuzzi, la Casación sorteó a la jueza Adriana Pallioti (del TOF5) pero ella advirtió que le era materialmente imposible de juzgar AMIA porque está llevando a cabo en la actualidad un juicio por delitos aberrantes cometidos en la ESMA. Se volvió a sortear, y fue designado Adrián Grunberg pero hizo un planteo similar al superior, con el argumento que está juzgando violación a los derechos humanos cometidos en el marco del Plan Condor.

Del nuevo sorteo de Casación surge la designación de Leopoldo Bruglia, pero al igual que Pallioti está realizando el juicio por delitos en la ESMA y alertó sobre las dificultades de seguir con este juicio a la par de AMIA. La última novedad es que el nuevo sorteo surgió el juez Daniel Obligado, que está de licencia y habrá que esperar si se muestra o no disponible para integrar el TOF2.

El panorama que presentan los tribunales orales por la falta de jueces es crítico. Esta causa es una muestra, donde el TOF2 aún no logró conformarse para empezar siquiera a proveer la prueba de ambas causas que serán juzgadas en un único debate.

La situación generó la intervención de la Corte esta semana que mediante una acordada adoptó medidas para que los jueces expongan cuáles son las dificultades y qué soluciones vislumbran para afrontar la problemática. Uno de los supremos justamente puso como ejemplo lo que ocurría con el Tribunal 2, por las dificultades que implica realizar a la par el juicio por la tragedia ferroviaria de Once, con 29 acusados y el de AMIA que implica otros tantos, sumado a que son mega causas que tienen toda la atención política y social.

Una de las soluciones que coinciden muchos operadores judiciales es dotar de jueces a dos tribunales creados pero nunca integrados. Los TOF 7 y 8 que –según fuentes consultadas por Infobae- ayudarían a descomprimir las miles de causas que tienen los cinco Tribunales que no sólo tienen la tarea de llevar a cabo los juicios sino también controlar las condenas que van imponiendo, ante la falta de juzgados de ejecución federales que cumplan esa tarea.

Pero no es tan fácil, el Consejo de la Magistratura está paralizado y sin la reactivación del organismo el panorama no es bueno, a lo que se suma que la situación que atraviesa el caso AMIA también ese da en otras causas federales.

Fuente: Infobae

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