La Unicef destacó que la mortalidad infantil bajó el 27% de 2001 a 2010 en Argentina
Los datos sobre la situación en nuestro país revelan además que, en 20 años, la caída fue del 54 %. También señalan la notoria mejora en la sobrevida de los bebés nacidos con menos de 1500 gramos. La atención, dispar en las distintas provincias.
Hace más de diez años, el bebé prematuro estaba relegado y su figura representaba, apenas, un futuro inmediato de incubadora. Poco se sabía sobre su protección, y menos aun sobre los cuidados necesarios para prevenir el nacimiento precoz. "Sin embargo, la realidad cambió y sigue cambiando. Las mamás y los médicos conocen cada vez más sobre el tema", aseguró Zulma Ortiz, especialista en Salud de Unicef, organismo que ayer presentó un informe en el marco de la campaña de la Semana del Prematuro, del 30 de septiembre al 6 de octubre-.
Según el documento, en la Argentina la mortalidad infantil disminuyó un 54% entre 1990 y 2011, lo que se puede explicar por una caída tanto en la mortalidad neonatal (hasta los 28 días, del 51,4%), y post neonatal (56,1%) . En la década siguiente, 2001-2010, la disminución fue del 27%. La última medición, de 2011, indicó que la mortalidad promedio en el país fue de 11,7 menores de un año por cada mil nacidos vivos.
El informe también destacó que la sobrevida de quienes pesaron menos de 1500 gramos al nacer mejoró en la última década y notoria entre 2010 y 2011, años en los que la estimación de sobrevida en los menores de 1500 gramos, alcanzó el 64%, contra el 61% respectivamente. "Aún estamos lejos de los estándares internacionales de países industrializados y en muy pocas instituciones de nuestro país la sobrevida alcanza o supera el 90%", destacó Ortiz en diálogo con Tiempo Argentino.
Para los especialistas, la situación del país podría mejorar si disminuyera la disparidad en el riesgo de morir para los niños menores de un año que viven en las distintas provincias argentinas. Por ejemplo, mientras en Formosa mueren 21,2 niños menores de un año cada 1000 nacidos vivos, en Buenos Aires llega a 11,8 y en Tierra del Fuego, a 7,1. Un ejemplo paradigmático es el de la provincia de Neuquén, que presentó la tasa más baja de mortalidad en el grupo de niños y niñas que nacieron con menos de 1500 gramos con un valor de 20,3 por 100 nacidos vivos; mientras que Formosa, Corrientes, La Rioja y Tucumán presentaron valores hasta 2,5 veces más elevados. "Si todas las provincias hubiesen tenido la tasa de mortalidad de Neuquén en recién nacidos, con menos de 1500 gramos, se hubieran prevenido 906 muertes neonatales bajando en 1,5 puntos la tasa de mortalidad infantil."
La campaña
Es el cuarto año consecutivo que Unicef realiza esta iniciativa de la que participan 280 instituciones de 24 provincias. Este año hace hincapié en la necesidad de disminuir las brechas de inequidad que existen en el cumplimiento de los derechos 1 y 2 del Decálogo del prematuro que enuncian: "La prematurez se puede prevenir, en muchos casos, por un control adecuado del embarazo", y "los recién nacidos prematuros tiene derecho a nacer y ser atendidos en un lugar adecuado".
En la Argentina nacen 700 mil bebés por año, y de ellos se calcula que el 8,5% son prematuros. En 2011 nacieron 64.386 prematuros, y 8305 pesaron menos de 1500 gramos. En el 2000 fue el 7,8%. Este tipo de crecimiento preocupa a los especialistas ya que no saben a ciencia cierta por qué está sucediendo. En el mismo año, 2011, el 57% de los 10.225 niños y niñas que fallecieron lo hicieron antes de los 28 días de vida, y el 40% en la primera semana.
Para mejorar la situación el informe recuerda que en todos los centros e instituciones deben existir Condiciones Obstétricas y Neonatales Esenciales (CONE), definidas por la OMS. Según un análisis del Ministerio de Salud de la Nación, en 2010 nacieron 73.403 niños y niñas en maternidades públicas que no reunían las CONE. En 2011, de las 630 maternidades con información disponible, se pudo valorar que el 44% las cumplieron en su totalidad. Otra de las estrategias mencionadas en el informe para reducir las muertes de prematuros es la regionalización de la atención materno-neonatal. Para lograrlo, se requieren centros que aseguren la accesibilidad de la atención a la embarazada y al bebé. Según la evaluación de las maternidades públicas, el número total de instituciones en el país es muy elevado, y su promedio de nacimientos es bajo. Esto significa que hay centros sin la adecuada dotación de personal y los suministros esenciales.
Argentina tiene registrados 472 establecimientos (217 públicos y 165 privados) con oferta de terapia intensiva neonatal, tres veces más que las que tiene Reino Unido y 16 veces más que las que tienen Canadá o Chile, países con tasas de mortalidad materno-infantil menor que la nacional. "Sin embargo, no hay suficientes neonatólogos y enfermeras especializadas en terapia intensiva. Hay que formar al personal y modificar la paga de los neonatólogos que, en algunos casos, cobran 1500 pesos por hacer guardias de 24 horas", explicó Ortiz, para quién "pese a los déficits, el trabajo es constante y los avances notorios".
Cómo prevenir
Controles en el embarazo: pueden prevenirla el parir prematuro. Además, que el parto se produzca en un lugar adecuado puede evitar la muerte materna e infantil.
Información: Los controles permiten indagar sobre la edad de la madre, sus hábitos, si tuvo hijos y cuántos. Las madres adolescentes o que tuvieron muchos hijos anteriores, y las embarazadas que no se alimentan bien, fuman o consumen drogas o alcohol, tienen más riesgos de tener un hijo prematuro.
Repitencia: también permiten saber si una mamá ya tuvo un bebé que nació prematuro. De ser así, tiene entre 5 y 7 veces más posibilidades de volver a tener un hijo que nazca antes de término.
Factores de riesgo: asimismo, los controles durante el embarazo permiten detectar enfermedades cardiovasculares, hipertensión y diabetes en la mujer, y el retardo de crecimiento del feto.
Monitoreo: otro factor que sale a la luz en el control es la situación psicosocial de la embarazada. Es posible dentificar si está bajo una situación de estrés, ante la presencia de un embarazo no deseado, o si es o ha sido víctima de violencia familiar o laboral.