Un culto a la defensa. Eso fue lo que propuso el equipo argentino en el tercer partido del Rugby Championship. Pese a haber mejorado el rendimiento de los dos primeros partidos de este campeonato, Nueva Zelanda fue mucho e impuso su condición en cada sector de la cancha. Los All Blacks supieron golpear en los momentos justos y capitalizar cada error del equipo de Phelan, haciéndoles saber que para ganar, nada de eso puede pasar.