Exclusivo: La mujer que le pegó a la directora, da su versión
Exclusivo: La mujer que le pegó a la directora, da su versión
Sí, yo reconozco que fui el jueves, mi hija estaba en la escuela, yo en mi casa. Me llama del celular y me dice: mamá, por favor ayúdame. En la desesperación porque no tenía con qué salir de la casa, cuando llega mi marido le digo, comienza su relato.
Explica que la nena estaba en el baño porque la habían retado, pero en ese momento no me explicó lo que pasaba. Me decía: mamá, vení, ayúdame.
Fue allí que, según sus palabras en la desesperación le pidió a la hija que tomara la precaución de no apagar el celular mientras ella buscaba la forma de ir al colegio. Guárdalo en el bolsillo, le dije y ahí escuché que una maestra la llamaba por el nombre, pero no le contestaba, hasta que le dijo sé que estás en el baño, salí de ahí o te saco. Yo escuché eso. Entonces, salió y la llevaron a matemática.
Después, aparentemente, la maestra se puso el teléfono en el bolsillo y yo escuché que decían: viste qué cínica, qué calculadora, estaba hablando por teléfono con la madre, ya le debe haber contado y se mataban de la risa, cuenta Laura en el living de su casa ubicada en la zona de los hornos de ladrillo en Salto de Las Rosas.
Vino a buscarnos un muchacho en un Dodge, y nos llevó a mí y mi esposo. Cuando llegué había un profesor al que le dije que buscaba a la directora. A todo esto, aparece la maestra de mi hija de tercer grado. Le dije que buscaba a la maestra que tiene el celular de mi hija, y me contestó que hablara con la directora,continúa.
Ahí le dije: ustedes me tienen cansada, hace rato que vienen molestando a mi hija, ¿qué les pasa a ustedes. Entonces, ella me dijo hablá con la directora, entonces me volví y la empujé. Ella se afirmó contra la pared y me dijo que tenía que cambiar a las nenas de la escuela.
A todo esto, veo que viene la directora, arremangándose y bien aceleradita me dice: ¿qué te pasa a vos?. Le dije que qué le pasaba a ella con mis hijos, que el 10 de abril le hice hacer un acta con la inspectora de escuelas, relata sin interrupción y con detalles, Laura.
Sobre cómo se dieron los golpes en el encuentro con la directora, Adasme asegura que ella me dijo como prepoteándome: cambialas, si no te gusta. Me pone la mano acá (se toca el hombro). Y bueno, yo me aceleré y tuve que reaccionar; ahí le pegué, una piña por el hombro y otra en por acá (se toca la cara).
Ahí entramos a discutir, estaba en la galería y el profesor de teatro me dice que me tranquilice porque si no las cosas, iban a ser peor. Le dije que me tenían harta por las cosas que le han hecho a mi hija.
Laura está indignada por la versión de la maestra que ella dice haber empujado: Lo que dice la maestra Carmen, es mentira. Nunca llevé a la directora pegándole por el patio. En ningún momento salimos de adentro de la galería.
En su mea culpa, la madre remarca acepto que le pegué y que es una vergüenza lo que hice, pero por la aceleración que tenía por lo que escuché por celular y la forma en que me trataron cuando llegué a la escuela, y que me agarrara del hombre, yo reaccioné. Admito que estuve mal.
E inmediatamente se defiende del resto de las acusaciones y explica: ellos están mintiendo; es más, está firmado en el libro de la escuela que yo retiré a mis hijas. Si hubiera estado todo tan acelerado como dicen, no habría podido firmar el libro. Y el policía que estaba ahí me dice: yo voy a hablar con ella y después haga su denuncia. Usted por el maltrato a su hija y ella por lo que haya pasado.
Ella entró a la dirección y le dice al oficial, mientras yo esperaba en la puerta: si quiere atenderla en la dirección a la madre, atiéndala, no hay ningún problema. Y después salimos caminando y le dije al policía que lo que yo quería era sacar a mis hijas de esta escuela porque las están maltratando de hace rato. Y me dijo que no era el momento, pero que vaya y haga la denuncia.
Cuando le consultamos si ha protagonizado episodios de esta naturaleza en otra escuela, asegura que yo jamás le había pegado a una maestra. Después del momento cuando llegó el policía entró a la dirección, yo recapacité, estuve mal. Pero ante la desesperación de que mi hija me pedía ayuda, fue la reacción que tomé.
Ellas hicieron una denuncia falsa y no puedo acercarme a 100 metros de la escuela. No sé si mis hijas van a poder ir a alguna escuela ahora. Las voy a tener que llevar a un psicólogo por ese maltrato permanente de ellas, dice ahora preocupada.
Finalmente, llama la atención en su relato el punto relativo a las denuncias, porque yo fui a hacerla como a las once de la noche, porque cuando volví yo estaba enferma. Y cuando llego, los policías sólo me pintaron los dedos pero me dijeron que en ese momento estaba ocupado el oficial en la Comisaría 42, tomando el té y que fura otro día. Ahora voy a ir a hacer la denuncia a tribunales.
En mi juventud fui boxeadora, estoy muy enferma, no puedo hacer fuerzas, contesta a la última pregunta de la nota, para desmentir una versión que corrió en San Rafael según la cual estaba en actividad y hasta había peleado en una velada del pasado viernes en un club. Algo que constatamos que no ocurrió.