Juan Martín del Potro estaba fatigado. Su voz, del otro lado de la línea telefónica, lo delataba. Se lo oía agotado y hasta debía estar arrastrando su espigado cuerpo, pero estaba de muy buen ánimo, radiante, orgulloso de lo logrado tan sólo un rato antes de atender a la nacion. "Realmente estoy muy..., muy contento", dijo, con tono pausado. Ocurre que en Washington conquistó algo más que el 15° título de su riquísima carrera. El tandilense ganó el ATP 500 de la capital estadounidense sobreponiéndose a situaciones incómodas e irritantes para cualquier tenista.
El primer obstáculo inusual lo superó el día del debut, teniendo que ganar dos partidos en una misma jornada (a Harrison y a Tomic) por las demoras climáticas del día anterior; ayer, también por las interrupciones provocadas por la lluvia, terminó de jugar la semifinal con Haas [lo batió por 7-6 (3) y 6-3] de madrugada; se acostó a las 3 y doce horas después ya tuvo que presentarse en el court central del William H.G. Fitzgerald Tennis Center para disputar la final frente a John Isner, que sumaba varias horas más de descanso. Desde el arranque, el número 7 del mundo pareció abombado, algo frágil, pero reaccionó, se repuso y terminó a toda orquesta, a latigazo limpio, derrotando a Isner 3-6, 6-1 y 6-2, para encumbrar el hermoso trofeo de cristal.
"Fue una semana muy linda para mí, en un torneo en el que me siento muy cómodo. Mi juego fue de menor a mayor. Terminé jugando contra un rival supercomplicado, que tiene un saque increíble, de los más fuertes del circuito. Y pude controlarlo, sintiéndome sólido desde la base. Y considero que es una muy buena preparación para los próximos torneos", explicó Juan Martín, que ostenta una conexión deportiva y emocional muy fuerte con EE.UU., porque en el país norteamericano logró el título más trascendente de su vida, el US Open 2009, y otros cinco trofeos: tres en Washington (2008/09/13), Los Ángeles 2008 y Delray Beach 2011, el primer festejo luego de la maldita cirugía en la muñeca derecha que lo mantuvo inactivo ocho meses.
Resulta paradójico, pero después de la emotiva semifinal perdida en Wimbledon con Novak Djokovic, Del Potro regresó a la Argentina con un objetivo principal: hacerse estudios en la maltrecha rodilla izquierda y recuperarse, con miras al Masters 1000 canadiense, que comenzará hoy en Montreal. Es más, el argentino se borró de Washington. Pero la rodilla esguinzada respondió mucho mejor de lo previsto y, junto con su grupo de trabajo, decidieron pedir una invitación en el torneo que alguna vez ganaron Vilas (1975/77/79), Batata Clerc (1981/83) y Nalbandian (2010). Por la helada temperatura que sacudía a Buenos Aires, resolvieron viajar antes de tiempo a EE.UU. para adaptarse y realizar los entrenamientos en el calor y la humedad de Key Biscayne.
"Después de Wimbledon no tenía pensado ir a Washington, teníamos algunas dudas, pero me fui sintiendo con ganas de jugar -añadió la Torre de Tandil-. Siempre es una motivación jugar en este país y en cemento, que es mi superficie favorita. Entrenamos unos días en el calor de Miami y todo salió muy bien. Las condiciones que encuentro acá siempre son muy favorables para mi juego y además me hacen sentir cómodo."
La actuación de Del Potro en la final contra el gigante Isner (mide 2,08 m) contó con registros muy interesantes. Es que el argentino no sólo atacó con precisión y fiereza, sino que también lució agilidad para defenderse de los bombazos del N° 20 del circuito. Es más, Isner sólo logró seis aces en la final, después de alcanzar los dos dígitos en todos sus partidos anteriores en el torneo. Además, antes del desafío de ayer, al estadounidense le habían quebrado el saque nada más que una vez: en la 2a rueda, ante Alex Kuznetsov. Pero Del Potro ayer le rompió el servicio cuatro veces. "Estoy muy contento porque físicamente me sentí muy bien, por suerte no me molestó la rodilla, que era la mayor preocupación. Me siento fuerte y jugando muy sólido, especialmente desde la base de la cancha. Terminé ganando el título con un puntazo final y esto me genera mucha confianza para lo que viene", reconoció el hincha de Boca. ¿Qué es lo que "viene"? El torneo de Montreal, donde será el 6° favorito, el único argentino y donde actuarán, entre otros, Djokovic, Andy Murray, Rafael Nadal y David Ferrer.
Ésta es la etapa del calendario que más te gusta. Ahora se disputarán Montreal y Cincinnati, pero ¿inconscientemente soñás con el US Open [desde el 26 del actual]?
-Se me vienen dos torneos muy importantes, pero sí..., siempre miro de reojo el US Open, porque es mi torneo favorito, donde siempre me hacen sentir bien, me reconocen como campeón. Me encanta estar en Nueva York y ya queda poco para ir, pero no tengo que volverme loco. Tengo que mantener la línea y todo lo que planificamos. Estoy por el buen camino.