La fecha pactada se acercaba junto con la emoción. Ya tenían fecha en la iglesia, en el registro civil, los testigos estaban avisados, el catering estaba señado y hasta habían iniciado las modificaciones en la casa donde vivirían. El casamiento se acercaba y la feliz pareja se iría a vivir juntos. Empero, él se arrepintió una semana antes y dejó a la frustrada casi novia sumergida en deudas.