ANTES DE MORIR

Las últimas palabras de los condenados a muerte

Luego de le ejecución 500 del estado de Texas, volvió la polémica por una página web que publica las últimas palabras de los condenados a muerte en ese estado norteamericano.

Por Sección Sociedad
El estado de Texas en Estados Unidos, el que encabeza rankings de ejecutados, realiza una página en la que se publican las últimas palabras de los condenados a la pena capital. La macabra página recibió en el último año tres millones de visitas.

La semana pasada, Kimberly McCarthy, de 52 años, estiró los brazos formando una T en la camilla de ejecución, miró al techo y pronunció sus últimas palabras: “Gracias a todos los que me han ayudado. Al reverendo Camp, mi guía espiritual. Esto no es una pérdida, es una victoria. Saben dónde voy. Voy a casa con Jesús”.

Abogados y activistas contrarios a la pena máxima critican la iniciativa y consideran indecente que se exponga algo tan íntimo como la despedida de hombres y mujeres segundos antes de morir.

Aún quedan 36 estados en el país del norte en los que es legal que el Estado ejecute a condenados de delitos graves y Texas y California son los únicos que publican las despedidas de los ejecutados, pero solo la primera ha recopilado en un blog las fichas, fotografías y últimas palabras orales o escritas de los finados, según publicó el diario español El País.

Últimas palabras

-Charlie Brooks Jr. 1982 (Ejecución 1)
40 años. Negro. Secuestró a un mecánico, le condujo a la habitación de un motel y le asesinó de un disparo en la cabeza.

Últimas palabras: “Solo temo a Alá, el único dios, el que tiene el poder de decidir si debo vivir o morir”.

-Henry Porter. 1985 (Ejecución 9)
Hispano. 43 años. Asesinó al policía Henry Mailloux cuando le detuvo por robo de armas.

Últimas palabras: “Cuando un policía asesina a alguien, la sentencia se conmuta. Cuando un mexicano mata a un policía, no. Esa es la justicia de América”.

-James Paster. 1989 (Ejecución 32)
44 años. Blanco. Asesinó de un tiro en la cabeza a Edward Howard, de 38 años, por encargo de la exmujer de la víctima, que le pagó 1.000 dólares.

Últimas palabras: “Espero que la señora Howard encuentre la paz con esto”

-Edward Ellis 1992 (Ejecución 46)
38 años. Blanco. Asesinó a Bertie Eakens, de 75, en su casa asfixiándola con una almohada. Le robó joyas y su coche. Trabajaba en el inmueble.

Últimas palabras: “Solo quiero que todo el mundo sepa que el fiscal y Bill Scott son unos hijos de puta”.

-Leonel Herrera. 1993 (Ejecución 58)
45 años. Hispano. Condenado por matar a un policía que le detuvo por exceso de velocidad.

Últimas palabras: “Soy inocente, inocente. Un gran error se cometerá esta noche. Mis mejores deseos para todos. Estoy preparado”.

John Barafield. 1997 (Ejecución 109)
32 años. Negro. Condenado por violar y asesinar de un tiro en la cabeza a la universitaria Cindy Rounsaville, de 25 años. Cindy fue violada por John y otras dos personas que la asaltaron en un parking.

Últimas palabras: “Díganle a mamá que la quiero”.

-Joseph Cannon. 1998 (Ejecución 148)
38 años. Blanco. Asesinó a tiros a una abogada con la que convivía en periodo de prueba por otros delitos.

Últimas palabras: “Siento lo que te hice, mamá. No lo digo porque vaya a morir. Gracias por apoyarme y ser amable conmigo cuando era niño”.

-Timothy Gribble. 2000 (Ejecución 211)
36 años. Blanco. Violó y estranguló a Elizabeth Jones cuando arreglaba el techo de su casa.

Últimas palabras: “Acepten mis disculpas por lo que le ocurrió a su amada. Hice algo horrible de lo que estoy arrepentido. Rezo para que encuentren la paz”.

-Ramón Hernández (Ejecución 491)
2012. 41 años. Hispano. Con dos cómplices, robó, violó y asesinó a una mujer. Luego quemó el cuerpo.

Últimas palabras: “¿Puedes oírme? Nunca te lo dije, tienes los ojos de papá. Me di cuenta hace un par de días. Deciles a todos que los quiero. Siento mucho el dolor causado”.

-Kimberly McCarthy (Ejecución 500)
2013. 52 años. Negra. Apuñaló a un anciano de 70 años para robarle sus tarjetas de crédito y su coche.

Últimas palabras: “Gracias a todos los que me han ayudado estos años. Al reverendo, mi guía espiritual... Esto no es una pérdida, es una victoria. Saben dónde voy, voy a casa con Jesús”.

Fuente: Infonews

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