"Estoy orgulloso de lo que han hecho los muchachos este tiempo. Jugaron siempre con dignidad y amor propio." Ésas fueron las palabras de Facundo Sava en el partido que marcó el descenso del equipo santafecino, con el hidalgo aplauso de los hinchas de San Lorenzo despidiendo a los chicos santafecinos. Pero hay algo claro: Unión no descendió anoche. Los que conocen su realidad supieron siempre que la pérdida de categoría podía ser inevitable si se insistía en cometer errores. Y la acumulación de esas equivocaciones fue definiendo este presente, que tiene responsables hacia cualquier lugar donde se mire.
Hoy, la realidad es durísima para los tatengues. Acaba de sumar su sexto descenso de categoría superior del fútbol argentino en 46 años: 1967, 1970, 1988, 1992, 2003, 2013. Nunca disputó una copa internacional y sólo en 1979 (13 de diciembre) estuvo cerca de obtener un título local. Ese equipo que dirigió Reynaldo Volken, en la mejor campaña del club en su historia, obtuvo el subcampeonato sin ser derrotado y sólo porque River -con quien definió el torneo- hizo un gol de visitante (1-1 en Santa Fe) e igualó de local (0-0). En la memoria de sus hinchas se mantiene vigente aquel ascenso de 1989, cuando para hacerlo derrotó a Colón, su eterno rival.
No hay un argumento saliente, pero se pueden enumerar varias situaciones que sucedieron y que sumaron para elaborar este presente. La luz amarilla se inició a mediados de 2012. Unión sumó en los dos torneos después del ascenso los 50 puntos que le permitieron mantener la categoría. Y nada más. Por razones económicas, según argumentaron sus dirigentes, el plantel que por entonces dirigía Frank Darío Kudelka, el técnico que lo volvió a primera a mitad de 2011, se renovó mal. Se fueron el arquero titular, Enrique Bologna; los defensores Rodrigo Erramuspe y Juan Pablo Cárdenas; los volantes Paulo Rosales y Jorge Velásquez; y los delanteros Fabricio Nuñez y Jerónimo Barrales. No fue transferido pero tampoco jugó demasiado, por una lesión, el defensor Juan Pablo Avendaño, por quien el club invirtió mucho dinero. Llegaron Pablo Perafán (arquero), Guillermo Cosaro, Bruno Bianchi, Ricardo Mazzacotte y Maximiliano Lugo (defensores), Brian Alemán y Diego Galván (volantes) y Andrés Franzoia (delantero). Este año sumó a Damián Lizio (volante) y por lesión de Diego Jara, al delantero Lionel Altamirano.
A todo esto hay que sumarle la realidad futbolística. Hace un año que Unión no gana como local (último triunfo: 19 de mayo de 2012, 1-0 a San Lorenzo) y eso tiene su peso específico en la campaña, pero más en la tabla de posiciones. Otro detalle aleatorio son los técnicos que pasaron. Kudelka sumó, en dos temporadas después del ascenso los 50 puntos de la tranquilidad, pero comenzó el Torneo Inicial 2012 con una racha de cinco derrotas consecutivas y se tuvo que ir. En septiembre de ese año llegó Nery Pumpido, hijo dilecto de la casa. Dirigió 14 cotejos: no ganó ninguno y se fue al final del año cuando ya llevaba perdidos siete y sólo sumado siete empates. Unión finalizó el torneo en la última posición.
Este año llegó Facundo Sava y sólo pudo ganar dos partidos (Boca y Tigre), igualó siete y perdido en cinco ocasiones. Siete puntos del torneo anterior y 13 de éste fueron suficientes para definir la suerte del equipo. Ni siquiera superó la primera instancia de la Copa Argentina (perdió por penales ante GyE de Concepción del Uruguay).
Ahora, además del replanteo deportivo llegará un replanteo económico. De los 12 millones de pesos anuales que recibía pasará, por descender de categoría, a percibir no más de cuatro. Se desconoce cómo avanzará el proyecto de la ampliación del estadio ($20 millones en su primera etapa, que comenzó este año) y quién se presentará a la renovación de autoridades, convocada para el 15 de junio. Por ahora, el único visible es el actual presidente, Luis Sphan, quien invirtió mucho dinero en el club.
Unión, un grande del interior, deberá encarar cambios muy profundos si quiere intentar el retorno a la primera división. A su favor tiene un plantel con muchos jugadores del club. Buscará retener a Sava para intentar juntos el ascenso. Santa Fe comenzará a extrañar nuevamente la pasión que siempre despierta su clásico.