Histórico, sorpresivo, inédito. Así fue la paliza del Real Madrid contra el super Barcelona de Messi. Así el equipo de Mourinho se dio el gustazo de festejar en el Camp Nou, en un partido que empezó a enderezar desde la figura de un crack como Ronaldo, que no es el 1 del mundo porque existe Leo. El portugués generó el 1-0 en el arranque, se hizo cargo del penal y ya el Real jugó con la tranquilidad de que había marcado un gol (en la ida habían salido 0-0 y para pasar estaba obligado a convertir). Y en el segundo tiempo, cuando los culés acorralaban al rival, que jugaba metido atrás con línea de cinco por momentos, CR7 no falló tras el judagón de Di María, que dejó en el piso a Puyol: no perdonó en el rebote y lo liquidó.