Hasta el momento ha sido el partido con más situaciones de gol creada, con más intensidad y hasta con más juego. Ambos equipos entraron pensando en la victoria y por eso el choque fue abierto e incierto hasta el final.
Hasta el momento ha sido el partido con más situaciones de gol creada, con más intensidad y hasta con más juego. Ambos equipos entraron pensando en la victoria y por eso el choque fue abierto e incierto hasta el final.
La primera parte fue cambiante. Colombia lo tuvo al minuto, Cordoba definió ante la salida del portero charrúa y se fue cerca, pero después fue Uruguay el que tomó las riendas y contó con dos situación claras de gol, transformando en figura al espigado Cristian Bonilla, quien estuvo atento y no falló cada vez que le tocó actuar.
Sin embargo fueron los cafeteros quienes lograron pegar primero. Y precisamente aquel que tuvo la oportunidad al inicio tuvo su revancha y no la desaprovechó para abrir el marcador, y una vez más, cambiar las alternativas del juego. A partir de ese momento Colombia comenzó a tocar, y manejó los tiempos para irse al descanso con ventaja.
El complemento arrancó parecido, pero más marcado el desarrollo teniendo en cuenta que la celeste tenía que ir en busca del empate. Entonces, Colombia se paró de contra y cada ataque era un puñal que abría más la herida charrúa, aunque no podía definirlo.
Los minutos corrieron. Uruguay puso todo para empatar y Colombia se dedicó a tenerla. Pasó algún sobresalto pero el Celeste nunca fue punzante. Tiro centros, empujó, intentó de afuera del área y siempre se encontró con una defensa prolija y con un arquero inspirado.
Fue triunfo cafetero, merecido porque trató mejor al balón y porque supo cuando golpear a su rival. Ahora es único líder del hexagonal final, y si mantiene este juego, es un serio candidato a quedarse con la corona del Sudamericano.

