Los actos racistas contra el ghanés Kevin-Prince Boateng y la suspensión del partido entre Milan ante Pro Patria generó una ola de reacciones en todo el mundo.
Y un día Italia elevó a la categoría de ejemplo a un futbolista ghanés de raza negra. Seguramente Kevin-Prince Boateng no habrá imaginado la repercusión que alcanzaría su decisión de anteayer, cuando abandonó el campo de juego en el amistoso de su club, Milan, ante Pro Patria, equipo de la cuarta división de Italia. El ghanés actuó por cansancio y convicción: escuchó gritos racistas y, con los oídos saturados de tanta violencia verbal, abandonó el campo de juego. Detrás, lo hicieron todos sus compañeros. Lo más positivo fue la reacción que ayer mostró un país con una historia cargada de episodios de racismo y de violencia. "Todos somos Boateng", tituló en su tapa La Gazzetta dello Sport. Hasta el propietario de Milan y ex primer ministro, Silvio Berlusconi, anunció: "Puedo asegurar que en cada partido, incluyendo los internacionales, si experimentamos episodios de esta naturaleza, como norma abandonaremos el terreno de juego".
Todo comenzó anteayer, cuando a los 26 minutos del citado amistoso, ante los reiterados gritos racistas, Boateng agarró la pelota, la pateó a la tribuna desde la que se escuchaban los insultos y abandonó la cancha. Sus compañeros de Milan lo siguieron pese que a los jugadores de Pro Patria les pedían que se quedasen. El árbitro del partido ya había detenido en dos ocasiones el encuentro por los insultos racistas que recibían los jugadores de raza negra de Milan: además de Boateng, su compatriota Sulley Muntari, el francés M'Baye Niang y el holandés Urby Emanuelson.
El centrocampista milanés agradeció el apoyo que recibió. "Significa mucho", destacó. Italia mostró orgullo por la reacción de Milan y lo tomó como una causa nacional. "Por fin una reacción", destacó el diario La Repubblica en su portada. "El racismo está en crecimiento en Italia y en Europa", añadió el periódico, que restó importancia a que el partido interrumpido fuera un amistoso y señaló que "ahora ya existe un precedente". El Corriere della Sera también dio la bienvenida a "la reacción necesaria" contra el racismo en el fútbol. "Pero esto debe ser sólo el comienzo; ahora, en el primer grito contra un negro, todos deben irse del campo", pidió en diario en su editorial. "Ha sido una señal fuerte, importante, que por fin ha creado un precedente", dijo el ex jugador Damiano Tommasi, presidente de la asociación de futbolistas italianos. La Gazzetta dello Sport informó que fue el primer partido en la historia del fútbol italiano interrumpido por gritos racistas.
"No me importa de qué partido se trate, amistoso, de la Serie A o de la Champions League. Abandonaré otra vez el terreno de juego y creo que todo el mundo me apoyará", dijo ayer Boateng a la CNN. Y agregó: "He recibido un apoyo masivo desde Inglaterra y de muchos jugadores como Rio Ferdinand y Patrick Vieira, y quiero agradecérselos. Estoy triste y furioso por haber sido el único en pasar a la acción". Boateng, de 25 años, que nació en Alemania, pero jugó para Ghana el Mundial 2010, se quejó ante el árbitro en tres ocasiones por el comportamiento racista y aseguró que decidió retirarse cuando los gritos continuaban. "Le dije que si volvía a pasar no jugaba más. El árbitro me dijo «no te preocupes», pero le contesté que me preocupaba, que no era agradable", explicó. "Estoy sorprendido de escuchar este tipo de cosas en 2013", añadió, para luego lanzar una crítica hacia la FIFA: "Mucha gente en la FIFA puede hacer algo y deberían despertarse y hacerlo. No deberían tolerarlo. Deberían expulsar a gente para siempre de los estadios".
El club Pro Patria decidió ofrecer una entrada gratis a todos los aficionados de raza negra. "En el próximo partido, el Pro Patria abrirá el estadio a todas las personas de color, por supuesto sin pagar", declaró el presidente del club lombardo Pietro Vavassori, precisando que esos aficionados serán invitados a la "tribuna de honor". Para Vavassori, se trata de "lanzar una señal" por parte de su club, que milita en la cuarta división del fútbol italiano. El alcalde de la localidad en la que se celebró el partido, Busto Arsizio, declaró que propondrá el título de "ciudadano de honor" de la ciudad al futbolista ghanés.
Anoche, a última hora, la policía italiana identificó a los autores de los gritos racistas que provocaron el incidente. Un fan confesó haber proferido insultos racistas contra los jugadores negros de Milan en el estadio de Busto Arsizio. La policía de Varese explicó que los responsables pudieron ser identificados gracias a la ayuda de grabaciones de video. Los autores de los gritos podrían ser procesados y sancionados con cinco años sin entrar a un estadio de fútbol.
El presidente de la Federación Italiana de Fútbol, Giancarlo Abete, inició una investigación en la justicia deportiva. "Es un insulto intolerable para todo el fútbol italiano", sentenció. Es que el tema excede el fútbol. Es un insulto para cualquier sociedad.