Año tras años, científicos y astrónomos no dejan de asombrarnos con descubrimientos impensados. Entre ellos, planetas y galaxias distantes extraordinarios. Entrá a la nota y conoce algunos de los últimos planetas hallados.
En las últimas dos décadas, los astrónomos han catalogado cerca de 850 planetas fuera del Sistema Solar. Está búsqueda de cuerpos, que orbitan otras estrellas, está abriendo las puertas a lugares maravillosos y extraños: desde un planeta gigante carbonizado hasta otro lleno de diamantes, les presentamos algunos de los mundos más extraños que los científicos han encontrado hasta ahora.
Absolutamente negro
TrES-2b es un tipo de planeta gigante, que se encuentra a 718 años luz de distancia, su masa y radio son similares a los de Júpiter.
En 2011, un grupo de científicos estadounidenses anunció que este era el mundo más oscuro conocido hasta entonces, ya que sólo reflejaba el 1% de la luz solar que llegaba a él. Es incluso más oscuro que una pintura acrílica negra y más que ningún otro planeta o luna del Sistema Solar.
Y la distancia a la que TrES-2b gira en torno de su estrella madre con seguridad tiene algo que ver con ello.
En nuestro Sistema Solar, Júpiter está envuelto en brillantes nubes de amoniaco que reflejan más de un tercio de la luz solar que le llega.
Pero TrES-2b orbita su estrella a una distancia de sólo cinco millones de kilómetros.
La intensa energía del sol calienta el planeta a más de 1.000 grados centígrados, una temperatura demasiado alta para que se formen las nubes de amoniaco.
Su atmósfera también contiene algunas sustancias químicas que absorben la luz en lugar de reflejarla. Pero estos factores no pueden explicar completamente la extrema ausencia de luz.
Sin embargo, David Spiegel, científico de la Universidad de Princeton que codirigió los estudios sobre TrES-2b, asegura que el mundo crepuscular es tan caliente que "emite un tenue resplandor rojo similar a una brasa o a una estufa eléctrica".
Lleno de diamantes
Un planeta cercano en la constelación de Cáncer podría tener una composición bastante peculiar. Conocido como 55 Cancri- e, "está probablemente cubierto de grafito y diamante en lugar de agua y granito", según el astrónomo Nikku Madhusudhan, de la Universidad de Yale, en Estados Unidos.
Perteneciente a la clase de mundos conocidos como planetas de diamante, se cree que 55 Cancri-e es rico en carbono, un elemento que puede darse en una variedad de estructuras como el grafito (el material que se usa en la punta del lápiz), grafeno o diamante.
Los mundos ricos en carbono contrastan fuertemente con la Tierra, cuyo interior es relativamente pobre en ese elemento pero rico en oxígeno.
Esos datos combinados con las estimaciones más recientes de su masa les permitieron a los investigadores deducir su composición química. Para ello, usaron modelos computarizados del interior del planeta y calcularon las posibles combinaciones de elementos y componentes en función a esas características.
Además, estiman que al menos un tercio de la masa del planeta está compuesta de diamante, el equivalente a tres veces la masa de la Tierra.
Desaparecería en diez millones de años
Situado a unos 600 años luz de la constelación Auriga, Wasp-12b está siendo absorbido lentamente por su estrella, similar a nuestro Sol.
El planeta gigante orbita tan cerca de su estrella madre que está expuesto a una temperatura superior a los 1.500 grados centígrados y se está distorsionando. Debido a la fuerza de gravedad de su sol, su forma se parece cada vez más a la de un balón de rugby.
La atmósfera del planeta se ha hinchado hasta tener casi tres veces el radio de Júpiter y su material se está derramando sobre la estrella. "Vemos una enorme nube alrededor del planeta que está escapando y será capturada por la estrella", explicó la astrónoma Carole Haswell, de la Open University, en Reino Unido.
Haswell y sus colegas usaron el Telescopio Espacial Hubble para confirmar las predicciones anteriores sobre el planeta y publicaron sus hallazgos en la revista Astrophysical Journal Letters. Los científicos estiman que al planeta pueden quedarle sólo 10 millones de años antes de que se destruya completamente.
Los astrónomos han encontrado otros ejemplos de mundos que son devorados por sus estrellas o que se están calentado tanto que su atmósfera se escapa al espacio formando una cola similar a la de los cometas.