Trama judicial poco clara en el desalojo de Sedería Simón
Elías Simón ha intentado demostrar que se encuentra en ese local como propietario por haber comprado una de las partes del condominio, la perteneciente a los herederos de Humberto Lagiglia, ex director del Museo de Historia Natural.
La causa en que se tramitó hoy la desocupación del local de la tradicional Sedería Simón es de una complejidad inusual en nuestro fuero.
Pareciera tratarse exclusivamente de un incumplimiento de contrato de alquiler, pero los afectados hoy resaltan que no estaban allí en calidad de inquilinos sino de propietarios, situación ésta que también se dirime en otros estrados judiciales.
Cierto es que el trámite judicial de esta mañana está pedido desde mayo de 2011, pero desde entonces a hoy ha corrido mucha agua bajo el puente en un expediente judicial que tiene ya alrededor de 700 fojas.
Desde aquel momento Elías Simón ha intentado demostrar que se encuentra en ese local como propietario por haber comprado una de las partes del condominio, la perteneciente a los herederos de Humberto Lagiglia, ex director del Museo de Historia Natural de San Rafael.
Los otros dos tercios estaban en poder de Ester, la esposa de Humnberto, por un lado y, el tercer tercio en propiedad de Ariel, Naldo y Eliana Lagiglia.
Ester decidió vender su tercera parte del condominio a los dueños de Fravega, y desde entonces el destino de los inmuebles quedó enredado en una trama judicial de difícil resolución.
El expediente que tramita por ante la Jueza Miriam Mazurenco tuvo innumerables avatares. A la fallida orden de desalojo, apelada por Simón y con resolución desfavorable en Cámara, le siguió un recurso ante la Corte que no prosperó y de allí la medida de esta mañana que no se trata específicamente de un desalojo sino de una desocupación anticipada, herramienta de la que disponen los magistrados civiles gracias al Art. 399 quater del Código Procesal.
Claro que para ello, los actores debieron ofrecer una contracautela que sería superior a los 100 mil pesos, oportunamente rendida. No prosperaron algunas otras medidas de los demandados, como por ejemplo audiencias de conciliación rechazadas por el Dr. Andrés, abogado de la parte actora, por entender que el Tribunal no puede convocarlas ya que las medidas cautelares son inaudita parte. Además, este abogado niega todo derecho de propiedad por parte de Simón.
Este, en tanto, sostiene que no es inquilino sino propietario y de allí su molestia por la medida de esta mañana que, según contó a Sitio Andino, afecta a diez familias que viven de este negocio dedicado al rubro de telas desde hace décadas en el mendocino.
Justamente este asunto de la propiedad del inmueble es lo que todavía se discute, ya que Simón asegura haber hecho el depósito ofrecido en una subasta del local, pero los otros condóminos lo rechazan por haber llegado supuestamente tarde, y de esto se toman los abogados del dueño de Frávega para señalar que no puede seguir siendo demorada esta adquisición por la permanencia de Simón dentro del local, quien se resistía al desalojo por no considerarse ya un simple inquilino.
En el medio de esta historia está el para nada insignificante asunto de los honorarios de los abogados de las partes que, de continuar el procedimiento proceso, alcanzaría montos seguramente de varios centenares de miles de pesos.
Mientras las nulidades en la Corte no prosperan, como tampoco recusaciones y recursos extraordinarios, en el máximo Tribunal podría estar definiéndose el desenlace del asunto de los condominios con el que podría echarse un poco más de luz en esta historia que no termina en la desocupación de hoy ya que hay otros expedientes todavía más jugosos relativos a la sucesión de los Lagiglia y las respectivas ventas realizadas por los diferentes condóminos, una nada menos que a Rodolfo Sgroi, propietario de Frávega.
Esta historia de desencuentros que se ha dado entre los herederos y familiares de Humberto Lagiglia comenzó a tener medidas judiciales que tuvieron impacto social en San Rafael, por ejemplo, por haber caído en esas causas algunos locales como los cines Altos del Sol, que dejaron sin sala de proyección al departamento por un par de años; o los que ocupaba la FM Vibra y tuvo que desalojar cuando la emisiora funcionaba en la parte superior de esos inmuebles ubicados en la segunda cuadra de la Av. San Martín, uno de los lugares comercialmente más codiciados de la ciudad.