Primero, fue angustia. Luego, siguió la bronca y, por suerte, todo culminó en alegría. Una verdadera montaña rusa de emociones atravesó Silvina Escudero en las últimas horas después de que se perdiera su gato Lucca en Villa Carlos Paz.
Primero, fue angustia. Luego, siguió la bronca y, por suerte, todo culminó en alegría. Una verdadera montaña rusa de emociones atravesó Silvina Escudero en las últimas horas después de que se perdiera su gato Lucca en Villa Carlos Paz.
Fuente: Ciudad.com