Rata Blanca: "Somos genuinos 100%, no hay actuación"

La banda festeja sus 25 años con un show en el Lawn Tenis. Su relación con la prensa y la fidelidad de su público. Rock y fantasía sin pose.

Por Sección Espectáculos

Cuando "Mujer Amante" –ese clásicazo de las baladas poderosas que cautivó a metaleras y amas de casa por igual– copó las FM hace veintipico de años, Rata Blanca sufrió todo tipo de críticas. ¿Cómo podía ser que fueran a lo de Tinelli? ¿O que tocaran en el circuito de los boliches de cumbia? Cuestionamientos que hoy lucen ingenuos si se considera todo lo que pasó después, con artistas prestigiosos visitando ShowMatch antes de un recital importante, y con la cumbia respetada y hasta reivindicada por buena parte del rock local.

Sin embargo, a 25 años del nacimiento de la banda, las heridas no están del todo cerradas. Y cierta desconsideración que históricamente sufrió Rata Blanca –obre todo de parte de la prensa– aparece con recurrencia durante la charla con Adrián Barilari y Walter Giardino, las caras visibles de la banda de rock metálico más clásica de estas tierras. Nuestros Deep Purple en cuanto intencionalidad y vocación. "Si nosotros nos hubiésemos quedado en el mismo lugar que ocupaba el heavy en ese momento y que ocupa hoy estaríamos muchísimo menos desarrollados, no tengas dudas", dice Giardino, en un alto de sus ensayos para el show que darán esta noche en el Lawn Tenis. "Pero Rata Blanca siempre hizo lo que no se suponía que debía hacer y siempre dijo lo que quería sin pensar lo que convenía decir. Y eso es complicado".

–¿Cómo están viviendo este 25º aniversario?

Adrián Barilari: –Con mucha alegría. Venimos festejando desde hace seis meses y nos está gustando (risas). Y la respuesta que nos da la gente nos devuelve todo lo que hicimos este tiempo.

Walter Giardino: –Yo siempre rescato algo de lo que podemos sentirnos orgullosos. Y es que somos genuinos cien por ciento. Acá no hay ninguna actuación, ningún personaje, ni nada. Acá hay un banda de rock que se sube al escenario y toca. Básicamente eso. No sé si está bien o mal. Para mí, está bien. No me llevo con esa parte histriónica de tener que actuar para ciertos sectores y que estén contentos con vos o te sonrían. Que no le gustemos a cierta gente me gusta porque significa que seguimos siendo una banda de rock.

–¿A quiénes te referís?

WG: –Al establishment del rock. El elemento freaky haciéndose el interesante desde alguna revista. Pero uno lo mira y dice: "Y, bueno, la verdad, estoy feliz con el camino que hicimos...".

–Pese a las críticas y las trabas que siempre aparecen...

WG: –El tema es cuando mezclan la tontería con la traba. Porque una traba puede tener que ver con reglas de juego que uno termina aceptando. Pero hay otras cosas que ya no tienen nada que ver y no hay por qué aceptar.

–¿Por ejemplo?

WG: –Que uno tenga que estar bien con ciertos personajes para que "te vaya bien". Gente que por ahí se dedica a decidir "quiénes son las mejores bandas de la Argentina", cuando eso, en realidad, es una aberración porque yo creo que hay más de un número uno. Eso de pensar quién es el mejor guitarrista del mundo... ¿sabés cuántos mejores guitarristas del mundo tengo en mi corazón? Es muy poco serio. Sería más útil que se ocupen de difundir a tipos que, por ahí, no son tan conocidos y la descosen. O si una banda conocida hace un gran show. Pero parece que eso no es importante para algunos...

–¿Qué respuestas humanas tuvieron que desarrollar para superar los malos momentos?

AB: –A nosotros, siempre nos interesó la música primero y principal. Podemos discutir un montón de cosas, pero nosotros nos subimos al escenario y la verdad es que no hay mucho para discutir. Sobre todo cuando una banda como nosotros suena y después de 25 años sigue haciendo lo que hace, es reconocida por varias generacions y sigue sacando discos. Esa es nuestra forma de contestarle al director de una revista o de un diario.

WG: –Una vez, Pergolini me dijo: "Lo que pasa es que vos te tenés que amigar con los medios". Y yo le dije: "Yo nunca me peleé con los medios, ese es el problema. ¿Qué querés que les diga a esos medios?, ¿Disculpame que toco la guitarra?, ¿Disculpame que tengo una banda que suena bien? Enseñame porque no sé cómo es."
–Por ahí se refería a mantener buenas relaciones con la prensa.

WG: –Claro, lo que pasa es que una cosa son las buenas formas y otra cosa es chupar culos. Por suerte, los culos que he chupado en mi vida siempre fueron femeninos y absolutamente hermosos (risas). Pero yendo a lo que nos preguntabas: nosotros tenenemos una esencia muy simple. Cuando nos subimos a un escenario seguimos siendo esa banda que sale a hacer lo que le gusta. Y creo que eso es lo mejor que te puede pasar. Es una fuente inagotable de energía. Ahora, el ninguneo de parte de los tipos que lo hacen habla tristemente de ellos.

–¿Qué tan importante es la fantasía para Rata Blanca?

WG: –Es nuestro camino a la realidad. El que utilizamos para la materalización de las canciones. Después, sí, nos gusta incentivar la fantasía en nuestros shows porque somos competitivos. Nos gusta darle lo mejor a la gente. Queremos que cuando se vayan de un show nuestro sepan que no tenemos nada que envidiarle a una banda de afuera.

AB: –Hoy, muchos te vienen con unas parafernalias y puestas en escena que impresionan. Pero tratamos de estar a la altura

–La fama y la repercusión que han tenido en el mundo y particulamente en Latinoamérica no ocurre con todas las bandas argentinas. ¿Por qué sí con ustedes?

WG: –Porque manejamos un lenguaje internacional. Cuando escuchábamos música y éramos chicos no entendíamos nada de qué hablaban los tipos y aprendimos a hacer música desde ahí. Entonces, al no haber una cuestión intelectual en el medio que no sea lo musical, nuestra música se torna más fácil para un tipo que vive en México, Perú o donde sea. Porque lo que está escuchando es un concepto artístico y musical.

AB: –Se conecta con nuestra forma de decir, de escribir.

WG: –Eso explica también por qué algo que acá puede ser muy grande en otro lugar, por ahí, no tiene cabida.

AB: –Cuando hicimos la primera gira por España, en la época de "Mujer amante", los tipos pensaban que éramos ingleses por nuestro look y por nuestra postura. Les sorprendía que cantáramos en castellano.

–¿En algún momento este aniversario corrió peligro? Me refiero a separaciones momentáneas, enojos, alguna bronca pasajera...

WG: –Mirá, en el último micro que nos tomamos en Ecuador, porque no estaba cerrado el aeropuerto y mirábamos para abajo y había más de 3000 metros de altura, ahí dije: "Me parece que no llegamos a los 25 años" (risas).

AB: –Durante 25 años hicimos de todo. Hubo cambios, gente que pasó y ya no está, otros que volvemos a estar. Hubo controversias, hubo discusiones. Pero es la forma que encontramos. Pero tenemos el mejor laburo del mundo y eso lo tenemos claro.

Fan de gilmour, no se conmovió con Waters

Walter Giardino compartió escena con Kiss, en su última visita a la Argentina y también estuvo presente en las presentaciones récord de The Wall en River el verano pasado. Pero esta vez como público. Sin embargo, el show no lo dejó del todo conforme al guitarrista: "Lo sentí más como como una puesta teatral que como un recital. No me conmovió." La observación viene a cuento de que Giardino siempre fue un fan de Pink Floyd, pero de la línea David Gilmour: "Es un genio. Por suerte con Rata pudimos compartir una fecha con él. Y fue maravilloso."

La deuda pendiente con Pappo

En el imaginario del rock Walter Giardino siempre fue uno de los pocos guitarristas locales capaces de rivalizar con Pappo. Sobre todo en cuanto a presencia, estirpe rockera y esa habilidad para hacer grandes solos. ¿Cómo era la relación entre ambos? Cuenta Giardino: "A Pappo lo conocí en la calle, a los veintipico de años, por medio de una amiga en común del barrio. Y él siempre me decía con esa voz grave que tenía: "Vos tocas como Van Halen" (risas). Yo no lo veía tan así, pero como veía que yo por ahí le daba una vuelta más modernosa supongo que lo decía por eso. Y a mí me gustaba que dijera eso. La verdad siempre tuvo palabras lindas para nosotros, siempre habló bien de lo que yo hacía. Quedó pendiente juntarnos para hacer algo. Estaba latente esa posibilidad. Quizás el éxito de Rata en algún momento lo hizo sentir un poco en segundo plano, a él que estaba acostumbrado a mandar durante toda la vida. Pero yo siempre le decía y lo sigo diciendo: cuando él ya era una estrella yo era apenas un nene que estaba aprendiendo a tocar la guitarra, aprendiendo de tipos como él o David Lebón o Héctor Starc. Para mí hubiese sido un honor fantástico poder hacer algo juntos. Pero creo que las cosas hablan por si solas. Pappo era una persona a la que le gustaba la vida social. A mí me gustaba más quedarme en la mesa del fondo, soy un tipo más reservado. No me gusta tanto la exposición. Aunque siempre que nos cruzábamos la pasábamos muy bien. Lo extrañamos."

Kiss y su espectáculo a lo Disney

El día del gran apagón en Buenos Aires Kiss tocó en River. Visto desde cierto punto de vista, el marco no podía ser el mejor para la banda de Paul Stanley y Gene Simmons: mientras la parafernalia tenía su apogeo en el estadio de River, varios puntos de la ciudad estaban a oscuras. Rata Blanca, tocó aquella noche como número invitado. Y además de recibir una buena respuesta del público (algo que otros grupos argentinos no pudieron lograr en ocasiones anteriores) pudo verificar que estaba a la altura. "Kiss no fue parte de mi formación musical. Siempre me nutrí más de Deep Purple y Black Sabbath. Pero Guillermo (Sánchez, bajista) y Fernando (Scarcella, baterista) estaban totalmente fascinados, sacándose fotos y demás. Y la experiencia fue buena porque nos sentimos muy bien tratados", cuenta Giardino. Y agrega Barilari: "No nos escatimaron sonido y nos dejaron desplegar nuestro show. No nos podemos quejar".

–¿Les comentaron algo del show los Kiss?

Barilari: –No. Estaban pintados desde las tres de la tarde y la verdad que no tendrían muchas ganas de estar mirando bandas.

Giardino: –La verdad que no quisiera estar en los zapatos de Gene Simmons. Tener que mantener ese personaje. A la hora de estar pintado así, seguro me agarraría un ataque, no aguantaría (risas). Lo que sí, no hace falta reconocer, tienen un sentido del show increíble.

Barilari: –Hacen un espectáculo perfecto, casi de Disney.

Fuente: Tiempo Argentino

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