Mientras espera la inminente resolución sobre su pena, el ex gerenciador de Cromañón habló sobre su rol en la tragedia; "Ningún lugar está preparado para quilomberos", dijo.
Habla sin parar y sus manos jamás se detienen. Confía en la Justicia, pero dice estar desesperado y asegura que tanto él como cada uno de los imputados son víctimas. Cree que en este caso no hay justicia posible, que no hay manera de darle un cierre a la tragedia.
En una entrevista con LA NACION, Omar Chabán , el ex gerenciador de Cromañón , dice que lo convirtieron en una especie de monstruo. Insiste en que hizo bien su trabajo y en que siempre fue "un buen tipo". "Ningún lugar está preparado para quilomberos", explica en referencia a los tres jóvenes que, según su visión, fueron los responsables de las bengalas y del incendio que el anteúltimo día de 2004 le costó la vida a 194 personas . "La Justicia debería defenderme a mí, porque ellos ejercieron violencia", reclama.
Dos y medio de sus 60 años pasaron tras las rejas . Desesperado ante la inminente decisión de la Cámara de Casación Penal, que podría confirmar una condena de 10 años y nueve meses , el hombre recurre a los medios para contar su verdad. Admite tener miedo y espera que el caso llegue a la Corte Suprema.
"¿Responsabilidad? La palabra responsabilidad es muy delirante, muy asfixiante y hay que tener cuidado con ese ideal de que cada vez pedimos más control. Si alguien hace algo, yo no puedo responsabilizarme por ese otro".
"Si alguien ejerce esa violencia, yo me paralizo. Yo no toqué a nadie. La gente que es violenta en los recitales o en la cancha tienen un placer específico en la violencia. Los demás no tenemos que responsabilizarnos por ellos. La Justicia me tiene que defender a mí".
Pero alguien entró con una bengala, ¿Qué responsabilidad cabe a los mecanismos de control? Usted era el gerenciador ¿Qué es gerenciador? No sé lo que es eso. Es un invento. Entiendo lo que querés decir. Esa palabra es confusa
Es un buen momento para aclararlo. ¿Cuál era su rol durante esas fechas? Solamente organizar el recital. Pero hay cosas como el tema de la cantidad de gente, de la puerta esta que daba al garage, no es responsabilidad mía, por ejemplo. Si hubiera pasado esto en Cemento, que la habilitación era mía, seguro me cagaban a mí. El responsable tiene que ser el que tiene la habilitación.
La última vez que tocaron los Rolling hubo muchos controles y de todos modos se armó una batalla campal con los que no tenían entradas y dicen que dejaron entrar a mucha más gente.
Es decir, podemos entender que hay determinados personajes que de alguna manera ejercen violencia contra todo, no importa la situación.
¿Y eso no se podía prevenir? No. La violencia no es algo que se puede prevenir, porque es un imprevisto. Un control es una situación. La policía hace todo para que vos respetes el símbolo de la autoridad, pero esto tiene que ver con la educación. Esa noche hubo un cacheo tan exhaustivo, lo dicen todos los testigos. Era tan ridículo que le sacaban los zapatos para ver si tenían algo.
Si hubo tanto énfasis en los controles, ¿cómo se explica que hayan pasado tres chicos con bengalas? Bueno no sé, no sé quién se las pasó. O si las entró uno solo. A mí personalmente no me gusta tocar a una persona. Si yo voy a un lugar, nadie te toca el cuerpo. Entonces acá no era así. Imaginate que una chica puede llevar algo en la bombacha o en el corpiño. [la noche de la tragedia] se decomisó pirotecnia. Una persona llevaba un sándwich con un papel plateado y adentro del sándwich había una bengala.
Tampoco uno puede ser un perverso. Yo no soy cana. El seguridad no es cana. Vos tenés un registro medio de represión. No podés ejercer represión. En todos lados se hacía esto. Por desgracia no existían los celulares para filmar.
Vos tenés que tratar bien a la gente. Tenés una ética. Si invitás a una persona, no la revisan, o la revisan superficialmente. Yo no me voy a poner perverso con un invitado. Hay que tener algún tipo de delicadeza. ¿Por qué todo tan burdo?. Tratar bien a la gente es muy importante. Cada uno de los 14 imputados trabajaba con amor a su trabajo.
¿Uno a sí mismo se ve en un acto delictivo? No. A mí nunca me revisaron y nunca hice un acto delictivo. Si vos no sos un criminal, sos un buen tipo y éticamente una buena persona, no tendrías que preocuparte. Por eso el tema de la responsabilidad es muy complejo, ahora se está haciendo algo asfixiante. No todos se tienen que responsabilizar por estas bestias.
Y en este amor al trabajo, ¿no se controló de menos? ¿Hay alguna autocrítica? No. Con respecto a la seguridad, no. Peor hubiera sido entrar en un estado tiránico. Una discoteca es para divertirse no para entrar en un estado despótico. Yo no voy a un lugar en donde te tratan mal. Tiene que haber esa delicadeza con el trato.