Entre lágrimas, Schiavi se despidió de Boca: "Estoy muy emocionado"
El Flaco, con un 2 dorado, jugó su último partido en los "Xeneizes" y todavía no sabe si dejará el fútbol o se irá a un club de China. Podría venir a Godoy Cruz.
No fue una tarde más en la vida de Rolando Schiavi. Si bien Boca no jugaba por nada en la última fecha del Inicial , había un motivo para viajar hasta la Bombonera. A los 39 años, el Flaco se despedía del fútbol. Al menos, de Boca seguro. Fueron sus últimos 90 minutos con la camiseta que vistió en 253 ocasiones. Con la misma con que ganó nueve títulos, incluida la Intercontinental 2003. Las banderas en su honor colgaban de los cuatro costados. "Flaco, por dejar todo en la cancha, ¡gracias!" , "Gracias Flaco por defender la camiseta como los hinchas" , "Eternamente gracias" , eran apenas algunos de los fieles testimonios. Sus compañeros le hicieron un pasillo en la boca del túnel, como en España con los campeones. Con un número 2 dorado en su espalda, el Flaco fue el último en salir. El "Olé, olé, olé, olé Flaco, Flaco?" , sonó al unísono en uno de los pocos instantes en que los hinchas genuinos coincidieron con la barra que exigía, a fuerza de gestos y golpes también, cantar sólo por Boca (el otro, cuando corearon por el Titán). Lejos de la fiereza que lo caracterizó durante su extensa carrera, Schiavi estaba emocionado. Su rostro, por una vez, lo desnudaba, lo humanizaba. Es que los abrazos y los gestos de cariño, como nunca antes, doblegaron al capitán.
En varios tramos del partido recibió aplausos cerrados: en varios cruces y despejes para cerrar situaciones de peligro en su área. Además, sus compañeros le dedicaron los dos goles con los que Boca venció al Tomba. Pero el encuentro era la excusa, el móvil para agasajarlo. Cuando Pezzotta cerró el cotejo, el Flaco levantó los brazos y se llevó la mano al pecho. Ya estaba. Era tiempo de dar vuelta la página del libro del fútbol en el que partipó en más de 600 partidos, con 48 goles en los siete equipos que integró.
Con la pelota del partido como uno de los premios, la plaqueta que le entregó el presidente Angelici y la presencia, en el campo de juego, de su esposa, sus hijos, sus padres, su abuela y su hermano Fabio, terminaron por estremecerlo. El video que le preparó su familia con las voces de varios de sus ya ex compañeros (Battaglia, Cagna, Guillermo Barros Schelotto, Palermo, Basile, Bianchi, entre otros) se unió con los fuegos artificiales para cerrar su tarde mágica. El hombre de Lincoln contó: "Con la fiesta de hoy ya estoy completo. Sentir el cariño de la gente es algo increíble. Por acá pasaron muchos ídolos, y que me quieran tanto es algo que no se puede explicar. No sé si merezco tanto cariño". Y agregó: "Me voy como quería. El respeto es algo invalorable. Siempre fui sincero y puedo mirar a todos a los ojos. Yo no elegí la cinta [de capitán]. Eso es algo que se gana en el día a día". Ante la consulta sobre su futuro en Mendoza o en China, dijo: "Ahora me tomo unas vacaciones y si no ocurre nada raro en enero voy a arrancar la pretemporada con Martín. [Sobre China] no sé". Acaso, una forma elegante para dejar abiertos ambos frentes.
No fue una tarde cualquiera para Martín Palermo, que no ocultó su emoción por el reconocimiento que recibió de parte de la gente de Boca. "Para mí fue increíble volver a esta cancha. Sabía lo que iba a generar y por eso le estaré eternamente agradecido al hincha. Estoy muy contento por el recibimiento del público", dijo, luego del partido, el entrenador de Godoy Cruz, que recibió varias ovaciones