El lunes pasado comenzó en Dubai la 12º Conferencia Mundial de Telecomunicaciones Internacionales (WCIT-12), organizada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) dependiente de la ONU. Desde hace algún tiempo, se rumorea que la intención de algunos países miembros (son 193 en total) es otorgarle a la UIT la capacidad de regulación de Internet.
Para eso, debería modificarse el tratado de 1988 conocido como las Regulaciones Internacionales de Telecomunicaciones, y las modificaciones que se lleven a cabo podrían redefinir el entorno regulatorio de Internet y las telecomunicaciones más allá del siglo XXI.
El resultado de estos cambios en la arquitectura de Internet está muy lejos de ser una certeza: nuestro país, representado por la Comisión Nacional de Comunicaciones y la Secretaría de Comunicaciones, lleva un mandato de mantener el espíritu libre de la red.
Algunas de las cuestiones que se verán impactadas por las resoluciones que se tomen en este contexto son los costos del tráfico internacional de Internet, que podría cambiar la manera en que los usuarios pagan los servicios de Internet hoy en día.
Otras regulaciones podrían, además, abrir la vía a algunas formas de censura a través de la tecnología como la fragmentación de Internet global. También está en discusión la privacidad de datos, y eso incluye la posibilidad de que el Estado acceda a cuestiones que hoy en día se consideran privadas y que son propiedad de ciudadanos u organizaciones.
En este sentido, varias organizaciones, incluyendo al Parlamento Europeo y compañías como Google, se opusieron a que la ONU tome control sobre las regulaciones de Internet. El vicepresidente del buscador más famoso, Vinton Cerf, publicó un artículo en el blog oficial en el que explica: "Nuestros protocolos fueron diseñados para hacer que las redes de Internet no fueran propietarias y fueran interoperables ( ) Esta apertura es la razón por la que el Internet crea tanto valor actualmente. Debido a que no tiene fronteras y nos pertenece a todos, ha traído libertades sin precedentes a miles de millones de personas en todo el mundo".
Otra de las críticas que recibe la Conferencia en el marco de la ONU es que cada gobierno tiene un voto, poniendo en igualdad de condiciones a regímenes totalitarios con los gobiernos más abiertos. En teoría, podría reconocerse el supuesto derecho de los países a censurar contenidos o filtrar lo que se puede o no se puede ver en internet.
Sin embargo, en los hechos, hoy Estados Unidos tiene en gran control sobre la red, ya que las organizaciones que administran la entrega de dominios están basada en ese país. En este sentido, la organización argentina Via Libre, impulsora del software libre, sostiene en las páginas de sus blogs que se pueden decir muchas cosas acerca de Internet, pero una es innegable: funciona, y provee el medio de comunicación más democrático del que nuestra especie tenga memoria y agrega: la UIT es un organismo controlado por corporaciones estatales y privadas, precisamente aquellas que más tienen que temer a un medio de esas características, aquellas que van a hacer todo lo que esté en su poder para mantener una estructura asimétrica que las beneficie.
Entre otras medidas, Google lanzó por estos días la campaña #Freeandopen que fue hashtag en varios momentos- en la página freeandopen.com, donde propone a los usuarios del mundo entero que firmen una petición para que esa asamblea de la UIT no avance sobre los derechos de los usuarios. Cada firma digital se representa, además, en un mapa web que muestra cómo se van distribuyendo en el globo las firmas de resistencia a la regulación de la web. Al pie del mapa, va sumándose, en un contador, la cantidad de personas que suscriben el pedido.
En el discurso de apertura de la Conferencia, el secretario General de UTI, Hamadoun Touré, expresó: "Estamos aquí para explorar las mejores formas de asegurar que todas las personas del mundo puedan beneficiarse de un acceso asequible y equitativo a las TIC (tecnologías de la información y la comunicación)". Todo el mundo espera que así sea.