Liz es cordobesa, tiene 37 años y es empleada pública. Y hace 12 años se enteró, de la peor manera posible, de que convive con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
Liz es cordobesa, tiene 37 años y es empleada pública. Y hace 12 años se enteró, de la peor manera posible, de que convive con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).
Fuente: La Voz del Interior