Después de las críticas, los obispos quieren reunirse con la Presidenta
Horas antes de difundirse el documento que habla de los riesgos de una división de la sociedad en "bandos irreconciliables", el Episcopado pidió una audiencia con la presidenta Cristina Kirchner.
Horas antes de difundir el documento en el que advirtió sobre las presiones que inhiben a la libertad de expresión y los riesgos de una división de la sociedad en "bandos irreconciliables", el Episcopado pidió una audiencia con la presidenta Cristina Kirchner.
Fue a través de una nota entregada el miércoles al secretario de Culto, Guillermo Oliveri, quien la transmitió a la Casa Rosada, según confirmaron ayer a LA NACION fuentes eclesiásticas y también del oficialismo. La Presidenta aún no dio una respuesta.
Como en ocasiones anteriores, la gestión se realizó por vías institucionales y estuvo a cargo del secretario general del Episcopado, monseñor Enrique Eguía Seguí. La intención es que la conducción de la Iglesia, encabezada por el presidente del organismo y arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, visite a la jefa del Estado para expresarle un saludo, con motivo de las fiestas de fin de año, y entregarle en mano el documento aprobado por los obispos.
En ese texto, la Iglesia advierte sobre el "excesivo caudillismo, que atenta contra el desarrollo armónico de las instituciones", y reclama la necesidad de garantizar la independencia judicial. Además, cuestiona el avance del narcotráfico, la inseguridad y la militancia política en las escuelas, entre otras observaciones críticas.
"En los próximos días, podría haber una respuesta. No creo que haya inconvenientes", se estimó desde ámbitos oficiales, ante una consulta de LA NACION sobre la viabilidad del encuentro, que se produciría antes de fin de año.
La última reunión de la Presidenta con las autoridades de la Iglesia fue el 10 de noviembre de 2011, dos días después de que Arancedo asumiera al frente del Episcopado, luego de los dos períodos del cardenal Jorge Bergoglio, y dos semanas después de que Cristina Kirchner obtuviera la reelección.
En esa ocasión, Cristina Kirchner respondió rápidamente al pedido de audiencia, lo que fue valorado por los obispos. El encuentro se prolongó por 45 minutos y tuvo lugar en la Casa Rosada. Arancedo concurrió aquella vez con sus compañeros de la comisión ejecutiva del Episcopado: el obispo de Neuquén, Virginio Bressanelli; el arzobispo de Salta, Mario Cargnello, y monseñor Eguía Seguí. Cristina Kirchner los recibió junto con el canciller Héctor Timerman; el entonces jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y Oliveri.
Días antes, la Presidenta había desactivado una ofensiva a favor del aborto que habían motorizado en el Congreso sectores cercanos al oficialismo, lo que contribuyó a que el encuentro con los obispos se desarrollara en un clima distendido.
Ahora, el clima político que rodearía al encuentro es muy diferente. El crítico documento episcopal, el más duro pronunciamiento de la Iglesia desde la llegada del kirchnerismo al poder, llegó al filo de un mes conflictivo para el Gobierno, luego del abroquelamiento de la oposición contra la re-reelección, los cacerolazos del 8-N y el masivo paro de la CGT y la CTA opositoras del 20-N. Todo eso, en vísperas del 7-D, día en que el Gobierno busca imponer al Grupo Clarín la cláusula de desinversión establecida en la ley de medios.
Respuestas a Boudou
Amado Boudou fue el único funcionario del Gobierno que habló sobre el crítico documento del Episcopado: en un diálogo con LA NACION publicado ayer dijo que el tema "no le importa a nadie". Eso generó respuestas de la oposición. "Demostró que ignora la realidad", dijo el senador radical Ernesto Sanz. También le respondieron los diputados Eduardo Amadeo y Patricia Bullrich.