El papa Francisco pidió este miércoles cristianos abiertos al diálogo y a la solidaridad al celebrar la última misa de su gira de cuatro días por Eslovaquia ante casi 50.000 fieles.
El papa Francisco pidió este miércoles cristianos abiertos al diálogo y a la solidaridad al celebrar la última misa de su gira de cuatro días por Eslovaquia ante casi 50.000 fieles.
"No se trata de ser hostiles al mundo, sino signos de contradicción en el mundo", planteó el pontífice ante la multitud que participó de la misa celebrada en el santuario de Sastin, a 70 kilómetros de la capital Bratislava.
En su homilía, el Papa pidió así "cristianos que saben mostrar con su vida la belleza del Evangelio, que son tejedores de diálogo allí donde las posiciones se endurecen, que hacen resplandecer la vida fraterna allí donde a menudo en la sociedad hay división y hostilidad, que difunden el buen perfume de la acogida y de la solidaridad allí donde los egoísmos personales y colectivos predominan con frecuencia, que protegen y cuidan la vida donde reinan lógicas de muerte".
En su homilía, el Papa pidió a los cerca de 50.000 fieles presentes que calcularon los organizadores "una fe que no se queda en lo abstracto, sino que penetra en la carne y nos hace solidarios con quien pasa necesidad".
Iveta, de la región de Bánovce, llegó a las 2 de la mañana, horas después de la apertura de puertas de las 22, y deseó que "todo lo que ha generado el Papa ayude a cambiar algo" en el país.
Con el país en las puertas de una nueva ola de coronavirus, la autoridades dispusieron el ingreso solo a personas vacunadas, recuperadas de la Covid-19 o con un test negativo.
Tras la misa, el Papa retornará desde Bratislava hacia Roma a las 13.45, donde aterrizará en el aeropuerto Ciampino a las 15.30 locales (10.30 de Argentina).