Opinión

Entre la apatía y la esperanza, Argentina vota

Myriam Ruiz - @myriamruizbarrio

Decepción; apatía; incertidumbre; falta de confianza; desgano; desinterés; hastío... de cuántas maneras distintas, pero muy parecidas, podemos graficar lo que le está ocurriendo a la enorme mayoría de argentinos ante estas elecciones legislativas 2021. Del otro lado, los partidos políticos grandes y pequeños hacen malabares para intentar llamar la atención del electorado que se presenta huidizo y, mayoritariamente, sin ganas de emitir un voto más.

Con dar un vistazo a las campañas electorales que llevan por este tiempo adelante los distintos precandidatos (recordemos que el 12 de septiembre son las primarias obligatorias, las famosas PASO) ya uno puede cobrar idea de porqué cuesta tanto a la gente sentir el deseo de emitir su voto.

Una de las cosas que saltan en las encuestas es que la gente tiene APATÍA de votar. O sea, no es incertidumbre sino malestar. Hay desinterés de emitir un voto en una Argentina que año tras año, y gobierno tras gobierno sigue generando pobreza.

Un sociólogo decía por estos días, al ver las encuestas que ya todos habrán podido encontrar en los medios -donde hay alrededor del 20% de la gente que responde no saber aún a quién votará con altísimo desconocimiento de los candidatos- decía que "no hay un involucramiento de la política con los temas y la realidad de la gente".

Y volviendo a la política en zapatillas, esas que se calzan los candidatos para andar, tal vez la crítica más fuerte que puede oir un político en sus caminatas por los barrios es la de "ustedes aparecen cada dos o 4 años"... o sea, sólo cuando hay elección.

En lo personal, la foto del candidato junto con niños jugando o en una fábrica con obreros trabajando, ya cumplió sus 30 años de democracia y debería haber sido sustituida por ideas revolucionarias. Pero claro, eso debería ir de la mano de un candidato o candidata con un alma valiente dispuesta a ir mucho más allá de lo que los argentinos estamos acostumbrados.

Qué glorioso momento sería ese.

Un candidato o candidata que sea capaz de pasar por arriba de los pobrísimos ejes de campaña de uno u otro partido: dejar atrás en una movida certera la deuda (insoslayable por cierto) que Macri dejó a nuestros hijos y nietos a pagar por centurias; saltar con una jugada magistral la Fiestita de Olivos y, más allá, la de Carrió; seguir hacia el arco con la mirada puesta en el futuro, con el sol de la bandera argentina iluminando esa senda, dejando tendidos a los costados a mediocres, malhumorados, criticones sin argumento, a periodistas que se tildan de economistas, a economistas que se transformaron en opinólogos y finalmente meter un golazo de esos de media cancha con esa visión maradoniana que tanto extraña mi querida Argentina.

Aviso a la solidaridad, parte número 2021: se buscan políticos que miren a la Argentina antes que a su bolsillo; personas que miren a los ojos de la gente y vean en ellos esa larga espera que tenemos todos en el alma, ese cansancio de remarla y no avanzar nunca. Se necesitan hombres y mujeres preparadísimos para la función pública, con muchas ganas de ingresar en los cargos de poder o de decisión (como son los legislativos) que les toquen y que tengan proyección transformadora.

Argentina elige en 14 días a sus legisladores al Congreso de la Nación; a la Legislatura; y al Concejo Deliberante. Argentina vota en 14 días a quienes presenten ideas. Argentina vota.

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