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River impuso su jerarquía en La Paternal y se metió en cuartos de final de la Copa

En una situación límite, el River de Gallardo volvió a sacar a relucir su estirpe copera. Tras el 1-1 en la ida en el Monumental, con la ventaja que suponía el gol de visitante para Argentinos, jugó un partido serio en La Paternal y se impuso por 2-0, con dos conquistas de Braian Romero. Así, se transformó en el único equipo argentino en avanzar a los cuartos de final de la Copa Libertadores.

Aprovechando las dimensiones más reducidas que las del Monumental, Argentinos procuró reproducir la presión que exhibió en el 1-1 de la ida. Pero el Millonario logró sortear la asfixia moviendo la pelota, con dinámica y actitud. Cuando en corto vio bloqueados los caminos, apeló a saltar líneas, como en el pase de Carrascal a Suárez, que derivó en la amonestación de Torrén. A los 14, Romero, de cabeza, tuvo la primera chance de gol del pleito (su intento se fue alto).

El Bicho contrarrestó con balones largos a espaldas de los centrales o de los laterales, preferentemente a Ávalos o a Cabrera. Precisamente el uruguayo quedó cara a cara con Armani a los 19: el arquero lo atoró, la gambeta del atacante quedó larga y Enzo Pérez llegó al rescate.

En un contexto nuevamente de pressing contra pressing, un error rompió el partido. A los 35, Quintana se resbaló en medio de un toqueteo visitante y Braian Romero no dudó: se perfiló y sacó un derechazo furibundo para firmar el 1-0 y su primer conquista con la Banda.

Instantes después, Suárez aprovechó que el zaguero quedó influenciado por su falla, lo superó e intentó un globo por encima del arquero Chaves. Kevin Mac Allister alcanzó a sacar parado en la línea.

El Bicho casi encuentra el empate a los 42, tras un error compartido entre Carrascal y Zuculini. No se entendieron en la salida, Mac Allister recuperó y cedió para Hauche, quien resolvió al cuerpo del arquero millonario.

El dueño de casa apostó a encontrar juego en el complemento, con el ingreso de Florentín por Cabrera. Pero a los 8 minutos, River volvió a golpear: en una contra express, Suárez pisó el área y tocó para Romero, quien arrojándose hacia adelante, con esfuerzo, logró conectar para celebrar el 2-0.

El grito terminó de entregarle el control del juego a River. Si bien los dirigidos por Gabriel Milito empujaron, con voluntad, centros o balones largos, el fondo de la visita ofreció pocas fisuras. Y en la réplica, siempre fue más incisivo. Por ejemplo, a los 16, cuando Carrascal corrió un lanzamiento de Angileri, durmieron los centrales locales, el enlace se anticipó y anotó. Pero el VAR detectó que en su arremetida la pelota rebotó en su brazo. Y la acción quedó anulada.

River se medirá ante Atlético Mineiro, entidad que viene de dejar en el camino a Boca en un polémico cruce que se resolvió a través de los penales.


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