Pandemia

Un hombre de 35 años se convirtió en la primera persona del país en morir por el "hongo negro"

El popularmente llamado "hongo negro", la enfermedad llamada mucormicosis, que ataca a quienes padecen o padecieron coronavirus, se cobró su primera víctima en la Argentina: un hombre de 35 años del conurbano.

El dato fue confirmado este viernes por María Luján Cuestas, directora del Laboratorio de Investigación y Desarrollo en Micología (LIDeMi) del Impam, e integrante del Centro de Micología de la Facultad de Medicina y del Conicet.

Se trata de un paciente que había tenido coronavirus, con antecedentes de diabetes, que permanecía internado en una clínica de Lomas de Zamora y que falleció en las últimas semanas de mayo, pero su muerte se difundió recién este viernes.

Sin embargo, la investigadora señaló al canal de noticias C5N que puede haber más casos, porque la mucormicosis no es de notificación obligatoria.

Desde la cartera de Salud bonaerense precisaron a la agencia de noticias Télam que se trata de "enfermedad oportunista, es decir que afecta a personas con defensas muy bajas, y que puede suceder en personas que permanecen mucho tiempo en terapia" y aclararon que "las micosis no son de notificación obligatoria, se pueden registrar en el SISA (Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino)".

La doctora Roxana Gabriela Vitale, investigadora del Conicet y responsable del Sector de Micología de la Unidad de Parasitología del Hospital Ramos Mejía, en la Ciudad de Buenos Aires, detalló que "los diabéticos no controlados, los pacientes tratados con altas dosis de corticoides y las personas con las defensas bajas son propensos a contraer esta micosis rara, que suele detectarse en forma tardía, difícil de tratar, y cuya evolución es muy rápida y fatal".

La infección produce diferentes reacciones

Según observó Vitale, "no es casual que el aumento de la incidencia de la mucormicosis se haya dado especialmente en la India, país que es el segundo en número de diabéticos en el mundo, y donde "la coinfección de Covid y mucorales (hongos) representa el 83% de los casos a nivel global".

En la India, más de 9 mil pacientes fueron diagnosticados con la infección fúngica. Después se detectaron pacientes aislados en Uruguay, Estados Unidos, Brasil, México, España, Italia, Austria, Irán y, más recientemente, en la Argentina, donde, según el Centro de Micología de la Facultad de Medicina de la UBA, se registraron al menos tres casos.

Vitale, una de las autoras de la última versión del Atlas de Micología Clínica que describe más de 700 especies de hongos que causan enfermedades fúngicas, indicó que "es importante que se tome conocimiento sobre la coinfección fúngica en pacientes con COVID-19 y se focalice si existe o no una comorbilidad previa".

De esta manera, afirmó la especialista a la mencionada agencia, se podrá sospechar y hacer un diagnóstico más rápido que permita un tratamiento antifúngico adecuado basado en la evaluación clínica, exámenes histológicos y cultivo.

El hongo negro pertenece al orden de los hongos hialinos mucorales en el que se agrupan distintos géneros y especies como Mucor, Rhizopus, Lichteimia o Cunninghamella, entre otros.

Vitale explicó que la infección "penetra en los vasos sanguíneos y puede ocasionar necrosis o muerte de tejido -de ahí el identificarlo como "negro" por el efecto que deja en la piel-, afectando los senos paranasales, la región orbital y hasta al cerebro".

Los signos y síntomas de esta enfermedad son, en orden decreciente:

-Fiebre

-Ulceración nasal y necrosis

-Edema periorbitario y facial

-Disminución de la visión y oftalmoplegia

-Sinusitis, cefalea y dolor facial

-Obnubilación

-Celulitis orbitaria

-Necrosis del paladar y de las encías

-Parálisis del nervio facial

-Rinorrea, congestión nasal y sangrado de nariz (epistaxis)

La progresión dependerá del estado del paciente, del grado de inmunosupresión y de los factores predisponentes. Como se mencionó, se pueden ver cuadros fulminantes, agudos o crónicos.

Por otra parte, la doctora subrayó que la mucormicosis no es una enfermedad nueva y no solo se relaciona con pacientes diabéticos que entran en cetoacidosis (altos niveles de acidez en sangre), sino también en aquellos que presenten algún tipo de inmunosupresión como quienes tienen cáncer bajo tratamiento con quimioterapia, con enfermedades autoinmunes o que sufrieron quemaduras graves.

En pacientes críticamente enfermos con neumonía viral grave, las coinfecciones son complicaciones bien conocidas, puntualizó Vitale. A su vez, comentó que "es importante que se tome conocimiento sobre la coinfección fúngica en pacientes con COVID-19 y se focalice si existe o no una comorbilidad previa", ya que "se debe estar atento ante la aparición de cualquier síntoma, aun cuando el paciente haya sido dado de alta después de haber estado internado por largo tiempo y haber recibido terapia con corticoides". Fuente: Infobae

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