Ver llegar a Nico Alfaro en compañía de su esposa Yesica hasta la plaza central de Tupungato -lugar que habíamos pactado para el encuentro- es, al menos, llamativo.
Ver llegar a Nico Alfaro en compañía de su esposa Yesica hasta la plaza central de Tupungato -lugar que habíamos pactado para el encuentro- es, al menos, llamativo.
Ambos son ciegos de nacimiento, padres de tres hijos de los cuáles solo una tiene la visión normal; se desenvuelven por sus propios medios, sin ayudas externas para caminar por las calles de su pueblo dónde -sin lugar a dudas- son muy conocidos, queridos y respetados.
Además y, por medio de una historia que habla de esfuerzos y sacrificios compartidos, han logrado tener su propia emisora de radio (92.5 Génesis), con el importante apoyo familiar, la ausencia de subsidios estatales y la profunda convicción que, cuando se quiere, se puede.
Compartimos un fragmento de la nota que realizamos e, insistimos en un concepto, es una de esas historias que inspiran.