Aunque la esperanza de vida no ha hecho más que aumentar en los últimos siglos, lo cierto es que a los 30 años ya van apareciendo las primeras señales de envejecimiento. Normalmente son cosas pequeñas y el organismo se mantiene aún joven, pero lo cierto es que ya se ha iniciado el camino hacia la vejez. Estos son algunos de los cambios más importantes.
Salen las primeras arrugas. A partir de los 30 empiezan a salir las primeras arrugas en la piel, aunque en esta etapa de la vida todavía son finas líneas que con el paso de los años irán aumentando.
Aparecen las primeras canas. A medida que se van cumpliendo años los folículos producen menos melanina y eso hace que los cabellos empiecen a perder el color. El proceso también aparece en los 30, aunque depende mucho de cada persona.
El cerebro disminuye. El cerebro también va envejeciendo y a partir de los 30 años su tamaño disminuye y se empiezan a perder neuronas, aproximadamente unas 50.000 por día, aunque no es motivo de preocupación.
Te resfrías menos. No todo son desventajas al cumplir años. Al haber pasado a lo largo de los años diversas enfermedades, tu respuesta inmunológica es más eficaz, por lo que te pones malo con menos frecuencia.
Se pierde masa muscular. Aunque te mantengas en buena forma, es inevitable ir debilitándose con el paso del tiempo. De hecho, a partir de los 30 se va perdiendo entre un 3% y un 8% de masa muscular cada década.
Se empieza a caer el pelo. A partir de los 30 también el pelo empieza a escasear, especialmente en los hombres. Esto se debe a la herencia genética, a los cambios hormonales y a otros factores.
Se engorda más fácilmente. Se va acumulando la grasa debido a que tu metabolismo ya no es tan rápido y empiezas a engordar con mucha más facilidad que antes.
Resacas más fuertes. El organismo ya no responde igual a la hora de procesar el alcohol y el proceso es más lento haciendo que las resacas sean más duras.
Se reduce la capacidad pulmonar. Al igual que con la masa muscular, la capacidad pulmonar empieza a reducirse con los años, por lo que te cansas más en los esfuerzos prolongados, como a la hora de hacer deporte.
Se estabiliza la personalidad. A partir de los 30 las personas ya empiezan a tener una personalidad más definida y no se producen tantos cambios como en las décadas anteriores.