Le salvaron la vida a un hombre que se tragó una aguja al comer un sandwich

Por Sección Nacionales

Pocos casos existen como el que vivió Maximiliano Ibarra, un hombre de 44 años que se tragó sin darse cuenta una aguja mientras se comía un sandwich, la cual le llegó a perforar el esófago, pero gracias a la gran actuación de los médicos y contar con algo de suerte para que este elemento no le generara una infección, o llegara al corazón, pude vivir para contarlo.

En diálogo con cronica.com.ar, el Jefe de Cirugía del Hospital Durand, Adrián Desiderio, explicó el procedimiento de un mes por el que tuvo que atravesar el hombre para, finalmente este miércoles por la mañana, poder ser sometido a una cirugía para extraer la aguja que tenía alojada dentro de su cuerpo.

Según señaló Desiderio, el calvario para Ibarra comenzó el pasado 7 de marzo, cuando tras comer un sandwich "sintió un dolor detrás del esternón, en el medio del pecho, algo que lo pinchaba", por lo que decidió hacer una consulta médica y fue derivado en primera instancia al Hospital Pirovano.

"Le hacen estudios, en donde determinan que la aguja perforó el esófago y estaba adosado al lado de la arteria principal, que es la arteria aorta. Estaba ubicado perpendicular a la aorta toráxica, que sale del corazón. Ellos no tenían cirugía toráxica y nos llamaron al Hospital Durand para ver si lo podíamos recibir", detalló.

Al respecto, el profesional de la salud sostuvo que decidieron llevar adelante "una reunión con varios cirujanos para definir que hacer", ya que se trataba de un caso complejo.

Tras deliberar, Desiderio indicó que finalmente definieron colocar "una endoprótesis, que es un elemento que se coloca por adentro de la arteria para proteger y si se llega a pinchar la arteria no provoque un sangrado masivo, que lo mate en el acto al paciente".

"Si bien el posicionamiento de ese elemento era complejo, nos aseguramos que no afecte la arteria. Le hicimos este miércoles por la mañana la extracción de un elemento metálico de 3 centímetros y medio que era una aguja, alojada entre la arteria aorta y la vertebra. Realmente es un hallazgo que no haya provocado una infección", enfatizó el cirujano.

En relación al caso, el jefe de Cirugía del Hospital Durand consideró que "no hay casos similares en el país", y que es un "caso único", ya que lo que suele suceder cuando pasa algo como esto es que "se genere una infección, que puede generar un "peligro de mortalidad del 80%", pero Ibarra no tuvo ese problema e incluso "podía seguir ingeriendo alimentos".

Por su parte, remarcó que fue clave la colocación de la endoprotesis y que la aguja no tocara la arteria aorta, lo cual "lo hubiera matado en el acto".

De cara a lo que viene, Desiderio indicó que se deberán esperar los días pos-operatorios para controlar que no se genere ningun infección, pero que de salir todo bien "tendrá una vida normal" sin ninguna consecuencia por lo sucedido.

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