Historias

Las mejores canciones de Los Enanitos Verdes explicadas por ellos mismos

Ante la muerte de Marciano Cantero, líder de los Enanitos Verdes, revivimos hoy una nota que se publicó en febrero del año pasado en Sitio Andino.

Por Walter Gazzo

Los Enanitos Verdes es una de las grandes bandas que tiene la música de América Latina. Nació en Mendoza, hace 40 años atrás, y su música trascendió las fronteras argentinas para expandirse por cada país de nuestro continente y darle forma a un sonido que hoy sigue vigente.

Dueños de un éxito envidiable y de canciones eternas Marciano Cantero, Felipe Staiti y Jota Morelli (antes Daniel Píccolo) siguen reuniendo multitudes en sus presentaciones y sus giras son larguísimas por Estados Unidos y México, en gran medida.

No es fácil mantenerse activo y gustoso durante mucho tiempo pero los mendocinos lo han logrado y siempre de la misma manera: mostrando buenas canciones. Por este motivo, Sitio Andino le pidió a Marciano Cantero y a Felipe Staiti que contaran la historia de algunas de las canciones más emblemáticas y acá están:

Aun sigo cantando (Marciano Cantero), del disco Enanitos Verdes, de 1984

Lo primero que viene a la mente es que yo era chiquito de edad y de altura y se habían ido a mis viejos. Me subí a la cama con la guitarra y con un papel y un cuaderno escribí esa canción así, en media hora. Era como si hubieran dictado. Creo que de alguna manera resume perfectamente la vida de muchos de nosotros y en particular la mía. Una canción a la que quiero mucho de verdad.

Por el resto (Felipe Staiti), del disco Habitaciones extrañas (1987)

Me acuerdo que fue en Buenos Aires, en el departamento que vivía en calle Corrientes y Mario Bravo, en el mismo piso en donde vivía el maestro Pugliese. Nació de esa guitarra impulsiva del inicio. Le hice la melodía y es un tema que tiene ese llamado como un gancho identificatorio. Le pasé a Marciano la melodía, él le puso la letra, y me la mostró cuando veníamos de un ensayo. La letra decía: "Por el resto de tu vida" y le sugerí que cambiará "tu vida" por "tus días". Es un tema netamente Cantero-Staiti.

Amigos (Marciano Cantero), del disco Igual que ayer (1992)

Empezó a dar vuelta en mi cabeza cuando acaba de ser papá. Acababa de ser papá de Javier y yo pensaba que, ojalá, cuando pase el tiempo, y más allá de nuestra relación padre-hijo seamos amigos, que él tenga confianza y me pueda contar todo con total confianza. Cuando empecé a escribir la canción por una momento pensé que era un atrevido porque estaba escribiendo sobre la amistad que un bien absoluto; pero ese era un sentimiento tan real que creo que finalmente sí pude decir en palabras lo que sentía y se transformó una canción se transformó en una suerte de himno de la amistad, hermosamente. Tuve un episodio muy bonito caminando por Bogotá, en Colombia. Estaba acercándome a una escuela y sentí que el color estaba encantando esa canción...Fue muy emotivo. Por un momento pensé en parar y entrar a la escuela. Pero no quise entorpecer y preferí seguir caminando.

Mejor no hablemos de amor (Felipe Staiti), del disco Big Bang (1994)

Es una de esas canciones que en el titulo ya tiene una carga muy fuerte en cuanto al concepto. Es un tema que te dice que no vas a hablar del amor idílico ni de lo color rosa sino está enfocada a la atracción y a la cosa intempestiva que produce en otras personas y cosas, que trasciende al amor., Abre el disco Big Bang y es una gran apertura porque tiene una declaración de principios e inclusive, gracias a la mezcla, tiene eso intempestivo y avasallante como sucede cuando no estamos hablando de amor.

Cada vez que digo adiós (Marciano Cantero), del disco Contrarreloj (1986)

Creo que es bastante descriptiva y quizá todo el mundo piensa que es canción para una chica pero en realidad era para mi mamá. Creo que describe muy bien los sentimientos que te quedan cuando te vas de la casa. Obviamente que son historias que se acomodan un montón de situaciones pero en realidad fue compuesta para mi mamá y esto se lo pude decir en vida, dedicándosela en algún concierto, cosa que me hizo muy feliz.

Amores lejanos (Felipe Staiti), del disco Amores lejanos (2002)

Es una canción que nació de ese riff identificatorio. Fue por el 2001 donde veía tanta migración de gente, que se iban por la crisis. Parejas que se rompían y empezaban esos amores lejanos. Las relaciones comenzaban a tener el dolor de la distancia. Unos acá y otros allá... Esa es la idea de esta canción. Y mi vida está atravesada por los amores lejanos. No es tan en primera persona sino un relato de ese momento, de cómo se vivía en el país.

No me verás (Marciano Cantero), del disco Carrousel (1988)

Tengo un recuerdo de Buenos Aires y de Capital Federal. Viví ahí un montón de años y por alguna razón me vino a la cabeza eso de no me verás. Me acuerdo que tratamos que tuviera un sonido particular y nos forzamos bastante para que el bajo sonara distinto. Creo que salió una canción bien redondita. A mi me encanta porque además tiene un lindo momento yeah yeah...

Luz de día (Felipe Staiti), del disco Néctar (1999)

Recuerdo que iba viajando en el subte de Buenos Aires hacia la sala de ensayo porque estábamos en los inicios del disco "Néctar". Empezó a salir la canción en mi cabeza: "Destapa e champagne, apaga las luces...". No tenía guitarra ni nada en ese momento y lo único que quería era llegar a la sala para darle forma a esa idea. Ahí mismo llegó Coti que estaba produciendo el disco nuestro y escuchó la canción, a la que le faltaba el estribillo. Él tenía una idea: "Porque puedo...". Y desde ahí me llovieron las palabras. La canción no existía ni estaba prevista para el disco pero apareció, la grabamos, y hoy es un clásico de Los Enanos... esas cosas milagrosas".

Francés limón (Marciano Cantero), del disco Amores lejanos (2002)

Hablaba no hace mucho tiempo de esto con David Summer, el cantante de los Hombres G, acerca de dónde vienen las canciones. David me dijo: "Las canciones las vas a vivir o ya lo has vivido". Y en un punto creo que es así. Me acuerdo cuando escribí Francés limón hasta yo mismo que ni sabía lo que estaba escribiendo concretamente pero si había un motor, un motivo en esa canción. De hecho lo dice tan clarito: "En un barco de papel yo volveré por ti mi amor francés limón". Y de alguna manera creo que la describe perfectamente a la que es mi esposa -Viviana- que fue mi novia con éramos adolescente y éramos chiquitos y creo que estoy cantando a ella, sin dudas. De hecho es la única canción con la que he tenido un deja vu en vida. Estando con ella en Buenos Aires, vivimos parte lo que dice la letra... Algo bien loco.

Mariposas (Felipe Staiti), del disco Pescado original (2006)

También es una de esas canciones que parecen que estaban escritas en algún lado y simplemente hay que salir con la red y atraparlas... y valga la analogía con las mariposas. Fue en el 2005, en mi casa de calle Gutemberg, en la Cuarta Oeste -casa en donde nacieron muchas canciones que me han dado grandes satisfacciones-. Una de las primeras personas que escuchó esa canción fue Manu Quieto, de Mancha de Rolando, y él me dijo: "Esto es oro en polvo". Y esa canción también la grabaron ellos y la tocan en vivo. Es una canción en la que no sabía de qué estaba escribiendo y después me di cuenta que estaba hablando de ese momento en que le decimos a alguien que lo queremos y lo abrazamos... y muchas veces esas cosas se nos van de las manos como las mariposas.

Bonus track

Una de las canciones emblemáticas dentro de la carrera de Los Enanitos Verdes es "Lamento boliviano", del disco Big bang (1994). Pero tiene la particularidad que no fue compuesta por ellos sino por otros mendocinos: Dimi Bass y Natalio Faingold, quienes en ese momento eran compañeros en Alcohol Etílico, otra de las grandes bandas de rock que dio Mendoza.

Ahora, los dos cuentan la historia de esa canción:

"A mí me puso muy contento la versión que hicieron Los Enanitos, acompañados de la mano de Gustavo Borner. Es excelente todo en ese tema. La levantaron hacia el cielo. La canción nació como un bolero que se llamaba "Borracho y loco" y después cuando la llevé a la sala de ensayos de Alcohol Etílico, Dimi le agregó los versos y quedó como Lamento boliviano, por una experiencia que yo había tenido en Perú y que fue muy emocionante. Quiero mucho a la canción y creo que representa mucho a Mendoza" (Natalio Faingold)

"Esta canción surge en un momento del grupo Alcohol Etílico en donde estábamos haciendo música que queríamos que llegara a toda Latinoamérica, a todo el mundo, desde Mendoza. Era fines de 1984. Una tarde me visita un amigo que venía de recorrer varios países de América y en una de esas anécdotas me relata una escena que le sucedió en un tren que viajaba por el altiplano boliviano. Esos trenes que muchos se pueden imaginar bordeando desfiladeros por la montaña; llenos de pasajeros repletos de pertenencias, de valijas, gallinas y otras cosas. En un momento del viaje, una mujer aborigen vestida con sus atuendos originarios se ubica en el medio del pasillo del vagón y empezó a cantar una canción muy sentida. Esa escena a mí me impactó y me simbolizó como si fuese el lamento de un pueblo oprimido, invadido. Me sirvió como disparador para juntar esto en una idea de canción estilo bolero que tenía Natalio Faingold, sobre el sufrimiento por el amor y la entrega al alcohol debido a él. Esa misma noche me puse con la guitarra y le di forma completa al tema. Al otro día, en el ensayo, se lo presenté al grupo. A Natalio le encantó y le agregó más versos y música. Por ese entonces, yo leía Galeano y Natalio a García Márquez. Le puse el nombre de Lamento boliviano porque yo también, muchas veces, me había sentido invadido, provocado, defraudado, como le pasó a muchos bolivianos. Pero además estaba el título de una canción de Puerto Rico que se llama "Lamento borincano" y me gustó hacer un juego de palabras con eso. Es así que incorporamos la canción al repertorio de la banda pese a la reticencia de algunos miembros. Al interpretarla en todos los shows fue tomando una dimensión extraña y fue muy festejada por el público. Una curiosidad es que al realizar la inscripción del derecho de autor no nos fue permitido el nombre de Lamento boliviano -vaya uno a saber porqué- y fue aceptado el de "Soy como una roca", como figura en nuestro primer disco de Alcohol Etílico llamado "Envasado en origen".

Diez años después, en 1994, recibo el llamado de Felipe en donde me dice que iban a incorporar esa canción en el nuevo disco de Los Enanitos Verdes. Les dije que estaba buena la idea y les desee mucha suerte, sin imaginar el fenómeno que se iba a producir. Ya en ese entonces me habían aceptado el nombre de Lamento boliviano. A partir de allí, esta canción sería un éxito rotundo en muchos países de Latinoamérica y en incontables regiones de todo el mundo. La fama que le dieron Los Enanitos Verdes hizo que no pararan de hacer versiones y covers de ella. Actualmente esa utopía de querer llegar a todo el mundo cuando la compuse se hizo realidad en una forma que nunca imaginé. La vida está llena de esas cosas que uno no puede manejar y aparecen fenómenos como el de esta canción que expresan la magia y el misterio del destino. (Dimi Bass)

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