El jueves por la tarde pareció que el dios mitológico nórdico del rayo y el trueno se adueñaba del paisaje montañoso sureño, con una tormenta eléctrica que invitaba a grabar o fotografiar el fenómeno meteorológico. El desafío lo tomó Cecilia Ephraim, turista proveniente de la localidad de Acassuso, provincia de Buenos Aires. Capturó la descarga de un rayo en Valle de Los Molles, y a metros del complejo donde está hospedada.
La energía en su estado más puro.
El pasado jueves la cordillera malargüina fue azotada en diversas zonas por fuertes tormentas de lluvia y granizo, con una importante actividad eléctrica.
Uno de los lugares donde se asentó el fenómeno meteorológico fue Valle de Los Molles, que por estos días cuenta con una importante cantidad de turistas, entre ellos está Cecilia Ephraim de la provincia de Buenos Aires. Se encuentra alojada en el Complejo Turístico Los Molles, de Ibán Prieto.
Cecilia Ephraim, desde el balcón de su cabaña captó el momento justo en que un rayo impactaba a metros de donde se encontraba. La descarga electroestática fue a las 17,20 horas.
El rápido disparo de la cámara de Cecilia permitió obtener la imagen que muestra el evento natural de la descarga electroestática disruptiva de gran intensidad que se produjo en la atmosfera, y que tienen una duración media de 0,2 segundos.
La fotógrafa bonaerense capturó el rayo que avanzaba a cincuenta metros cada cincuenta microsegundos de un cielo dominado por densas nubes que descargaban lluvia y granizo hacia el suroeste del valle cordillerano.
Cecilia Ephraim recorre el país y el mundo retratando la naturaleza. Este verano eligió la de Malargüe.
Se estima que un rayo llega a tener una longitud de 5 kilómetros, por sólo 1 centímetro de anchura, y entre 1000 y 10 millones de julios de energía, con una corriente que puede alcanzar los 200 mil amperios y 100 millones de voltios.