El hecho comenzó un sábado 12 de diciembre cuando la adolescente no regresó a su casa de Guaymallén. Mientras era intensamente buscada, los policías detuvieron a Pablo Arancibia, principal sospechoso del caso porque había estado con ella en su casa del Pasaje Berra de Gutiérrez. La tarde del jueves 17, cinco días después, Florencia apareció asesinada y quemada en una acequia de calle Alsina de Luzuriaga, Maipú. El sospechoso había usado combustible para prenderla fuego y que compró en una estación de servicio YPF.
Arancibia, un carnicero con intervenciones en el mundo gamer, quedó complicado en el expediente porque la fiscal Claudia Ríos, de Homicidio, lo imputó en aquel momento por el delito de femicidio.
Actualmente, el señalado autor se encuentra en el pabellón 5 de la penitenciaría de Boulogne Sur Mer. Está con otros internos y recibe visitas cada 15 días. "Su hermano lo visita", explicaron. Y que ya lo fue a ver tres veces. Justamente este familiar le entregó hace un tiempo un celular legalmente y ahora el fiscal Santiago Garay investiga a Arancibia por estar sospechado de tener perfiles truchos de Instagram para contactar a chicas menores durante su detención.
Con esa modalidad fue con la que conoció a Florencia y entabló una relación de "amistad" por las redes sociales.
Desde la cárcel explicaron que está con abordaje psicológico, psiquiátrico y médico mientras termina de adaptarse con los otros internos de su sector.
"El expediente por el femicidio está cerca de elevarse a juicio", señaló Cristian Vaira Leyton, el abogado que representa a la familia Romano. Esto sucedería la semana que viene si es que los abogados defensores del detenido no apelan el requerimiento de la fiscal.
Pablo Arancibia está acusado de femicidio. Atacó a golpes Florencia por unos 15 minutos.
"Hay que recordar que se va a realizar un juicio por jurado por este caso y, si se eleva a juicio, habrá que ver qué fecha queda establecida en la agenda judicial", ratificó el abogado del estudio Vaira Leyton y Magdalena. Si todo avanza, en los próximos meses se podría desarrollar el debate.
Aquel sábado, Florencia acordó en ir a la casa de Arancibia, y allí llegó pasado el mediodía luego de tomarse un micro. Se bajó en calle Hipólito Yrigoyen y Maza, por donde la buscó el acusado. Ambos fueron a la casa que estaba en soledad (Méndez se había ido a la casa de un familiar en Las Heras).
En el expediente, se pudo establecer aproximadamente el horario en que ultimaron a la víctima. Esto había sido entre las 18:58 (horario en el que un vecino llamó al 911 para pedir ayuda y que fue desestimado) y las 19:20.
Con el informe de la necropsia, las fuentes fueron claras: "Los cuerpos hablan". Esto porque los forenses pudieron establecer que la víctima tenía lesiones en el rostro y cráneo como consecuencia de los golpes que sufrió: en tabique, labios, maxilar y faltante de dientes.
Esas marcas en el cuerpo, coincidieron con las lesiones que presentaba Arancibia en sus manos, sobre todo, en los nudillos. También tenía arañazos en el pecho, brazos y un golpe de puño en la cara:"Florencia se defendió a pesar de su contextura física", detalló el letrado Vaira Leyton. Las marcas de las uñas en el cuerpo del detenido coincidían con las de la víctima.
La adolescente pesaba 45 kilos y medía 1,45 metros de altura. De acuerdo a las lesiones que tenía ella y el victimario, pudieron establecer que hubo una pelea que duró, estimativamente, entre 10 y 15 minutos. Y que sufrió más de 30 golpes de puño en diferentes partes del cuerpo, lo que hace ver de la violencia que ejerció el imputado.
En una pared de la casa encontraron salpicaduras de sangre, la cuales fueron cotejadas y coincidieron con el perfil genético de la víctima. A su vez, en el pozo séptico de la casa donde ocurrió el femicidio, encontraron cenizas y manchas hemáticas. Estos últimos rastros, luego de hacer los análisis correspondientes, confirmaron que pertenecían a restos humanos pero no pudieron saber el patrón genético. Sin embargo, todo hace indicar que allí prendió fuego a Florencia para borrar las evidencias.
Con respecto al móvil, establecieron que se habría defendido de un ataque sexual a pesar de no encontrar indicios que así lo comprobaran. Como la parte inferior del cuerpo estaba quemado, no pudieron encontrar lesiones compatibles con un abuso.
Luego realizaron un hisopado para saber si habían fluidos compatibles con semen y el resultado fue negativo. A pesar de estar pruebas, entienden que, por el perfil del sospechoso, el ataque sucedió cuando habría querido abusarla. "Está claro que hubo un forcejeo que desencadenó en el homicidio", afirmaron.
La causa del 911
Soledad Herrera (40), la policía que está acusada por no dar lugar al llamado del 911 donde se pedía ayuda para Florencia Romano, está imputada por "abandono de persona en contexto de violencia de género en concurso ideal con incumplimiento de los deberes de funcionario público". Por esto arriesga una pena de hasta 15 años de cárcel.
Esa causa es investigada por el fiscal Jorge Calle, de la Fiscalía de Delitos no Especializados. Tras varias medidas de prueba, establecieron que, desde la escena hasta la Comisaría 29ª de Gutiérrez, hay solamente cuatro minutos de distancia a pie.
Además, que aquel día del llamado, habían dos móviles en la dependencia. Por esa razón entienden que, si se daba lugar a dicha alerta, quizás podrían haberla salvado. En cuanto a esta causa, el abogado de la familia, quiere saber si hay más responsables en la cadena de mando del 911.
Por ese motivo, en los próximos días, se realizará una reconstrucción ocular en el edificio de calle Salta de Godoy Cruz. Allí quieren analizar diferentes situaciones respecto al funcionamiento de los operadores, equipamiento y otros elementos de relevancia para esta causa.
