Cosas horribles encontradas en hoteles y alojamientos turísticos

 Las vacaciones es la época perfecta para descansar, relajarse y gozar de un merecido descanso. Hoteles y alojamientos turísticos ofrecen una oportunidad magnífica de estar lejos de casa y disfrutar de las atracciones del lugar. Pero en ocasiones, estos alojamientos se pueden convertir en un escenario de pesadilla. Detalles que pueden convertir la estancia en un momento muy desagradable.

Vistas al mar. Aunque el anuncio no miente, lo cierto es que decir que desde el alojamiento se ve el mar es un poco optimista.

Baño de pequeño tamaño. Una cosa es que no sea de unas dimensiones normales y otra tener que orinar de rodillas y con la cabeza dando con el techo. Cómodo no es desde luego.

Heladera de bolsillo. Este alojamiento se tomó muy en serio la petición de una pequeña heladera.

Una pileta llena de excusados. Más allá de que no tenga agua, el hecho de que esté llena de urinarios no deja en muy buen lugar a este establecimiento. Para no volver nunca.

Un cuadro perturbador. Situado en la recepción del hotel, parecen pelos humanos colocados ahí a propósito.

La sangrienta labor del carrito. La alfombra es muy inquietante. Parece que el carrito ha atropellado a alguien y va dejando el rastro de sangre por los pasillos.

Vistas desde la cama. Más allá de que no se disponga de mucha intimidad en el baño, lo cierto es que las vistas desde la cama tampoco son agradables.

Terraza íntima. Ofrecer un balcón en la habitación cuando ni siquiera puedes poner un pie en él es algo cuestionable...

Un baño acogedor. Tanto que ni siquiera hay apenas sitio para estar. Como cuarto de baño, lo cierto es que deja mucho que desear.

Un Inodoro único. Y es que resulta imposible cerrar la puerta independientemente del uso que le vayas a dar, por lo que está lejos de ser un momento íntimo.

Manchas sospechosas. Desde luego no es nada tranquilizador dormir en esta habitación con esas extrañas manchas de color rojo en el suelo...

Unas escaleras que marean. Estas escaleras no ayudan precisamente a mantener el equilibrio.

Un enchufe ajeno. Lo de compartir enchufes con la habitación de al lado es algo que no se veía venir.

Falta de plomería. No da mucha confianza esta luz de cara a permanecer en el hotel demasiado tiempo.

Ventana sin vistas. La diferencia entre tener ventana o no tenerla en este caso no existe.

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