Anders Breivik se sometió el viernes al segundo interrogatorio sobre la masacre de la isla de Utoya y las bombas de Oslo y reconoció su intención de seguir cometiendo más atentados. Según los medios noruegos, el Palacio Real de la capital noruega y la sede del Partido Laborista podrían haber sido sus próximos objetivos.
El interrogatorio al que fue sometido Breivik duró diez horas, en las que el terrorista estuvo prestando declaración por los hechos del viernes 22 de julio. Según el abogado policial, Pal-Frederick Hjort Kraby, Breivik se mostró esta vez más dispuesto a cooperar y respondió calmado a las preguntas de los agentes.
De acuerdo a la prensa noruega, el interrogatorio se centró en repasar las respuestas que Anders Breivik dio en su primera declaración en comisaría tras ser detenido. A continuación, repasó sus movimientos en los momentos previos a la explosión del coche bomba en Oslo. Además, se ha sabido que este atentado se retrasó por un atasco y que estalló horas después de lo planeado, fuera del horario laboral, lo que habría causado una matanza aun mayor.
Está previsto que Breivik vuelva a declarar varias veces más, antes de que concluya la investigación. Mientras tanto, seguirá en régimen de aislamiento en la prisión de Illa.
Fuente: La Voz Libre
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