Opinión

El reto de crecer en medio de un escenario difícil

Por Marcelo López.

Por Marcelo López Álvarez

El país no gana para sustos, es notable la capacidad de la Argentina para lograr que los temas envejezcan con una rapidez que ni si quiera es acorde a los tiempos. Es cierto que la inmediatez hoy es la reina en redes y medios, pero en la Argentina se empieza la semana con un tema de agenda y solo Dios sabe como se terminará el viernes.

Si a un desprevenido le contarán que hace menos de 15 días Argentina cerró, con condiciones impensadas como no pagar los próximos tres años, el canje de deuda más grande y exitoso del que se tenga registro diría que estamos equivocados. Como interrogó el presidente a los operadores del principal grupo mediático de la Argentina "¿Podemos festejar el gol un ratito?". Parece definitivamente que no.

En este contexto el Gobierno de Alberto Fernández, que lleva mas penales atajados que Goycochea en el Mundial 90, trata permanentemente de recuperar el centro de la escena y uno de los escenarios en el que no descuida la defensa es el económico. Desde hace tres semanas aproximadamente (aunque también pase desapercibido) viene anunciando cada seis o siete días una serie importante de inversiones en obra publica en cada región del país por valores multimillonarios que pretenden encender motores de un rubro que se sabe tiene rápido derrame.

Por otro lado, los ministros de Producción y el Canciller trabajan activamente en posibilidades exportadoras, mientras desde otras áreas se anuncian -también con regular fluidez- medidas de apoyo y fortalecimiento a pymes y se busca incentivar fuertemente el consumo interno.

Como ya lo hemos dicho varias veces el dólar es la maldición de la Argentina y su necesidad imperiosa de contar con el bien más escaso de la economía doméstica. La desesperación china por la compra de alimentos sumado a una baja en las perspectivas de la cosecha mundial disparo el precio de la soja y en breve seguramente del resto de los cerales. Si bien el Gobierno ven con beneplácito el alza, que podría arrimar algunos verdes más en la brevedad, no cejan en el plan de fondo de agregar valor relativo y trabajo a las exportaciones argentinas. Como dice Gabriel Delgado (a quien el presidente suele escuchar atentamente) hasta las exportaciones mas primarizadas de la Argentina tienen valor agregado importante en desarrollo, ciencia, tecnología etcétera, lo importante es agregar valor relativo importante. No exportar harina de soja para alimentar pescados sino el pescado enlatado para que se entienda con un ejemplo simple.

Claro que la Argentina se enfrenta a un mundo difícil para lograr los objetivos, el comercio mundial sufre una fuerte caída. Hace 10 años atrás el intercambio comercial mundial representaba el 60% del PBI mundial, para este 2020 el FMI proyecta que se ubicará en un número que rondará el 49% del PBI del Mundo.

Esta retracción del comercio mundial afecta fuertemente a Latinoamérica y hasta el cuarto mes de este año las exportaciones de Bolivia, Colombia, Ecuador, México, Perú y El Salvador, sufrían caídas estrepitosas con valores que van del 30 al 50% .

En un lote menos afectado, pero con descensos importantes de hasta el 15%, aparecen Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Guatemala y Uruguay. Como se ve el mundo no está ni derrochando plata ni compras lo que abre un interrogante hacia el futuro de toda la región.

El martes el Gobierno enviara al Congreso el presupuesto 2021 que prevé una fuerte inversión social y en obras como reactivadores de la Economía. El proyecto provoca la primera rispidez leve en la nonata negociación con el FMI, algunos técnicos del organismo sugirieron que podrían participar de la elaboración de la Ley de leyes, sin embargo, desde el Ministerio de Martín Guzmán los sacaron vendiendo almanaques, les dijeron que se lo mostrarían cuando este listo pero que había nulas posibilidades de que participaran en su elaboración.

Mientras tanto con mucho sigilo y sin levantar ruido un grupo de colaboradores del Goleador de Sacachispas trabajan en una serie de proyectos y medidas -que pretenden pasen apenas advertidas- que buscan desdolarizar la economía, un mal tan acendrado que parece parte del gen argentino. Guzmán ya ganó la Libertadores si logra el objetivo de que la Argentina deje de dolarizarse tendrá más campeonatos del Mundo que Brasil.

La semana no cerró con buenas noticias para la intención de la región de desarrollarse ganando independencia política y económica. En ese camino siempre fueron muy importantes los organismos internacionales de crédito y desarrollo, el triunfo del presidente Donald Trump rompiendo la tradición en la gobernanza del Banco Interamericano de Desarrollo abre todo un sin número de interrogantes. La elección, ayer por la tarde, del cubano americano Mauricio Claver-Carone, un hombre de ala mas a la derecha del presidente norteamericano es una pésima noticia región y en poco tiempo los países centro y sudamericanos que se plegaron a romper la tradición y el estilo del BID podrían llegar a lamentarse fuertemente.

La audaz y exitosa jugada del mandatario norteamericano reafirma que la pandemia potenció la pugna de modelos, pero nadie está dispuesto a resignar su lugar en el mundo globalizado.

Como escribió esta semana el Doctor en Economía Alfredo Serrano Mansilla "El neoliberalismo está en default, pero se niega a desaparecer. Procura reciclarse y oxigenarse. Dicho de otro modo: está renegociando su futuro, pero con una gran dificultad para generar horizontes que convenzan y entusiasmen. Sin embargo, sería un grave error subestimarlo ni darlo por muerto, porque cuenta con un gran poder estructural que, seguramente, estará dispuesto a camuflarse tras ideas progresistas. El mejor ejemplo es el FMI, que sin haber cambiado su composición "empresarial" tiene ahora un tono más conciliador en materia de deuda externa; o el Banco Mundial defendiendo los programas de rentas mínimas; o los multimillonarios abogando por más impuestos. Son muestras inequívocas que hay un intento de apropiarse de las ideas progresistas, impropias del neoliberalismo. Seguramente para hacerlas suyas y reformularlas, matizarlas, resignificarlas... Esto ya ocurrió muchas veces en la Historia: cuando el capitalismo estuvo en problemas, cedió lo suficiente como para no perder su dominio.

Estamos en un tiempo político de disputa en la región, en el que neoliberalismo está en default pero intenta escapar de su propia quiebra. El resultado de este dilema dependerá tanto de la capacidad que tenga la matriz neoliberal para reinventarse, pero fundamentalmente de cómo el progresismo avance, implemente soluciones certeras y cotidianas a la ciudadanía, y genere horizontes acordes a los nuevos tiempos".

En esta particular coyuntura creer que la solución argentina puede estar aislada de estos contextos internacionales es un suicidio, pero también lo es creer que el único camino es aferrarse al esquema que la voracidad primero y la pandemia después hizo estallar.

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