Columnista Invitado: Cr. Pablo Loyola (*)

Empresa Familiar: ¿CÓMO TOMAR DECISIONES?

Muchas veces en el transcurso de la vida tenemos que tomar decisiones. Algunas más simples, otras un poco más complejas. El hecho de tener que tomar una decisión deja en claro que en la vida no se puede tener o hacer de todo. Nos muestra que, en cierta manera, somos limitados.

Lo que hace difícil tomar una decisión es saber si lo que se va a ganar al elegir un camino será mayor a lo que se pierde por elegirlo. Por eso es necesario tomarse el tiempo necesario para discernir en profundidad. ¿y qué significa discernir? Etimológicamente, la palabra proviene del latín discernere y significa distinguir.

Entonces, ¿cuáles serían los pasos para una adecuada toma de decisiones?:

· Identificar adecuadamente la situación

· Separar / Distinguir: enumerar pros y contras de cada alternativa, recursos que serán necesarios, tiempo de ejecución, consecuencias internas o externas que podrían aparecer, y todo otro aspecto de relevancia que se crea conveniente.

· Informarse: averiguar todo lo posible antes de tomar una decisión. En particular si la decisión incluye temáticas que no se conocen en profundidad.

· Darse tiempo: acá vamos a citar otra frase popular, "consúltalo con la almohada". Darse el tiempo necesario para meditar las alternativas y sus consecuencias. Dejar reposar las ideas, al menos un tiempo, siempre es una buena elección.

· Hacer silencio: regalarnos algunos minutos de silencio exterior e interior, justamente para escuchar lo que nuestra conciencia puede decirnos. Si aún no has probado esta técnica, te recomiendo hacerlo.

· Confrontar con personas capacitadas: una vez que hemos hecho todo lo anterior, una buena idea podría ser confrontar esas opciones con profesionales del tema.

· Decidir y ACTUAR.

A lo mejor no se tenga una certeza del 100% sobre cuál opción elegir, pero eso es normal. Lo que sí es seguro es que luego de hacer un discernimiento profundo siguiendo estas recomendaciones, tu decisión te dará paz. Esta paz será fruto de haber sopesado adecuadamente todas las posibilidades y haber elegido de acuerdo a tus convicciones. Lamentablemente este método no asegura que optes por la decisión correcta. Pero, por otro lado, sabemos que de cualquier opción podemos aprender algo y, sobre todo, que siempre tendremos la oportunidad de recomenzar.

En las empresas de familia se presentan muchos momentos de decisión, donde sería bueno aplicar este método:

· Cuando los hijos e hijas comienzan a crecer y están en edad de trabajar ¿Se desea que trabajen o no en la empresa de la familia? ¿Bajo qué condiciones? ¿Podrán los familiares políticos incorporarse al negocio?

· En algún momento de la vida de la empresa hay que innovar en los productos o servicios que se ofrecen ¿es ahora ese momento? ¿qué rumbo tomar?

· Encontrar el punto de equilibrio entre retiro de utilidades y re-inversión ¿se disfruta ahora de las utilidades o seguimos invirtiendo para gozar más adelante? ¿cuánto repartir?

Sólo algunos ejemplos de situaciones en que un discernimiento sería la forma adecuada de encontrar alternativas a seguir. Como ya dije, no hay una solución única ni perfecta. Sólo el análisis de las variables de cada empresa y familia les dará la tranquilidad necesaria para afrontarlos con madurez y tranquilidad.

(*) El autor es Contador público Nacional, y Miembro del Instituto Argentino de la Empresa Familia


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