pandemia

Del blanco aséptico a las trincheras bombardeadas, la realidad de las terapias

Por Myriam Ruiz

No es nuestra intención desde esta columna alarmar, pero sí encender una luz de alerta acompañando esa bandera que enarbolaron los médicos y enfermeros de las terapias intensivas de todo el país, unos días atrás, cuando publicaron una carta en la que decían que ya no pueden más.

En un conmovedor relato, los terapistas argentinos se unieron para advertir que esto ya es una lucha, cuerpo a cuerpo, por resistir el embate de un virus para el que aún no hay vacunas y del que no se sabe si los contagios han alcanzado su pico en la Argentina. Con 11 mil casos diarios, los trabajadores de las terapias intensivas resumen: "Sentimos que estamos perdiendo la batalla".

La mayoría de las UTI -Unidades de Terapia Intensiva- del país se encuentran con un altísimo nivel de ocupación. "Los recursos físicos y tecnológicos como camas, respiradores y monitores son cada vez más escasos", puede leerse en esa Carta Abierta a la Nación Argentina. "Sin embargo, lo principal es la escasez de profesionales en esas terapias que, a diferencia de las camas y los respiradores, no pueden multiplicarse".

Una doctora mendocina dijo esta semana que el personal de las UTI y guardias están al borde de sus fuerzas. Mientras que entre marzo y agosto se ampliaban las terapias en todo el país sumando insumos y lugares, lo cierto es que se falló en diagnosticar qué podía suceder con el recurso más importante: el humano.

En algunos hospitales, la Unidad de Terapia Intensiva casi duplicó su espacio de atención pero manteniendo la misma cantidad de personal especializado. En otros, han ido sumando sectores -como las unidades coronarias- donde el personal de cardiología está sirviendo de soporte a los intensivistas.

En los medios hemos visto decenas de testimonios desde los hospitales de todo el país advirtiendo que los trabajadores de los hospitales están exhaustos y, ellos sí, al borde del colapso. En esos equipos muchos se fueron enfermando por lo que la responsabilidad fue recayendo en los que quedaron. Otros fallecieron, dejando un vacío enorme en el espíritu de su equipo de trabajo.

Volver o no volver a Fase1 ha sido la discusión en la última semana en hogares, mesas de café y también en los pasillos de la Rosada o Casa de Gobierno en Mendoza. Pero tal vez el punto de referencia debería centrarse en esos espacios pequeños, inmaculados, estériles que son las terapias intensivas.

"Lo más importante es que la gente pueda ser atendida en un hospital cuando se enferma. No voy a permitir que el sistema de salud llegue al borde del colapso", dijo Alberto Fernández este viernes.

Y mientras algunos no podemos borrar de nuestra memoria la imagen de hospitales rebasados de gente, con médicos teniendo que elegir entre quién iba a vivir y quién no -porque las camas y respiradores no alcanzaban-... Argentina sigue avanzando paso a paso en esta cuarentena trágica, luchando contra un virus que mata a personas y pymes por igual, defendiéndose y atacando a un enemigo que no se deja ver y que cuando asume un rostro puede ser, lamentablemente, el de un ser querido.

Te Puede Interesar