Opinión

El programa que viene

Escribe: Marcelo López Álvarez

Mientras el virus parece jugar a las escondidas, con brotes y rebrotes, y un mundo que mira absorto sin demasiadas respuestas a un enemigo invisible que se resiste a ser derrotado, los países de mundo, no importa su grado de desarrollo, insisten en acrecentar la participación del Estado como ultimo salvavidas de lo que puedan rescatar de sus economías.

Los pedidos de convocatoria, cierres de plantas y despidos de trabajadores -que ya cuentan por millones a nivel global- se apropian de las noticias con más rapidez que la posibilidad de una cura para el virus que llego para cambiar el mundo.

Tibiamente algunas economías comienzan a reabrir el juego sin plazo y, para peor, sin seguridad que de un día para otro tengan que volver a cerrar negocios y fabricas ante un rebrote de la enfermedad, cosa que se está haciendo costumbre. El hemisferio norte ya entró en el verano con altas temperaturas y sin embargo la esperanza de que el virus cediera en la temporada calida es por ahora una simple expresión de deseos a la luz de los números de contagiados en Estados Unidos y los rebrotes en ciudades de Alemania y España entre otros paises.

Así todo no queda otra alternativa que comenzar a imaginar cómo ir poniendo en marcha las economías en medio de protocolos que directamente dejaran a algunas actividades trabajando a media maquina o al borde de la subsistencia. Uno de los motores económicos de Mendoza y de gran parte de las economías regionales de la Argentina como es el turismo y la actividad cultural es precisamente uno de esos que quedaran trabajando apenas para flotar como un corcho a la deriva.

Las cadenas de producción de cualquier tipo quedan pendiendo de un hilo y deberán pensar como rearmar sus esquemas de producción para que sus trabajadores no corran el riesgo de contagiarse en masa y tener que paralizar las plantas.

Definitivamente nada será igual en estos nuevos viejos tiempos. El 9 de julio el Gobierno argentino durante la celebración del Día de la Independencia dio una fuerte señal de por dónde parece ser el camino de recomposición; Un gran acuerdo entre todos los sectores

La foto del presidente con los 24 gobernadores en la pantalla y los principales referentes de sectores históricamente distantes del signo político del gobierno y los trabajadores como la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la UIA y la Sociedad Rural tuvo un simbolismo pocas veces visto.

Esta claro que más allá de algunos sectores, cada vez menores, de la dirigencia opositora y de algunos actores sociales que parecen no entender la gravedad de la pandemia, crece el consenso que no hay otra opción para comenzar a caminar que un fuerte acuerdo entre todos los sectores económicos y sociales.

Es claro que la foto del 9 de julio termino de sumar a la mesa a los que faltaban, los movimientos sociales y las pymes ya están adentro del proyecto desde el comienzo de este después de la pandemia económica de los últimos cuatro años. La pandemia sanitaria acerco a los más renuentes ante un mundo que se cae a pedazos y que será difícil reconstruir desde los manuales aplicados hasta hoy.

El gobierno de Alberto Fernández en los últimos días parece comenzar a diversificar el campo de acción, mientras sigue férreamente el control de la pandemia manteniendo a nuestro país entre los de mejores indicadores del mundo en decesos por millón de habitantes (el número que realmente hay que ver para tener dimensión de cómo se está combatiendo la pandemia) comienzan a trascender algunas ideas para el post pandemia.

Ya está en el Congreso el proyecto de la moratoria más amplia que se tenga memoria. Sin dudas será un desahogo para muchísimas empresas chicas y grandes, pero también para miles y miles de profesionales, comerciantes y trabajadores independientes que podrán limpiar su score impositivo y una esperanza para el gobierno de mejorar la recaudación. Algún paper informal habla de que la deuda de los argentinos en materia impositiva con la AFIP estaría cerca de los 500 mil millones de pesos.

Desde los alrededores del gabinete económico, que mudo sus reuniones a Olivos con mayor habitualidad, también se habla de un nuevo blanqueo de capitales al que definen en las antipodas del convocado por el gobierno anterior, solo estará abierto para inversiones productivas. "El que quiera blanquear tendrá que traer la plata y demostrar cómo y en qué la invertirá" aseguran. Solo podrá entrar el que genere trabajo, reafirman dejando en claro que no habrá blanqueos especulativos ni con el beneficio de declararla pero dejarla afuera que fue el secreto del aprobado durante el gobierno de Mauricio Macri.

Las medidas que planean también incluyen un fuerte impulso al consumo, algo que todos los gobiernos del planeta ven como el tractor que podrá poner en marcha la economía. Un nuevo Ahora 18 que podría contemplar meses de gracia en el comienzo del pago de las cuotas y la devolución de parte del IVA, créditos a tasas subsidiadas fuertemente (como el que se anunciará esta semana para los docentes para comprar computadoras) y un fuerte impulso a la construcción vía obra pública y privada figuran también en la agenda, junto con la fórmula de movilidad jubilatoria y una reformulación del IFE en un ingreso universal con prestaciones laborales.

El paquete de reactivación debe invariablemente llegar acompañado de una reforma impositiva de la cual el Presidente ya dio pistas y que desde Economía califican de indispensable para poder reactivar la economía sin descuidar la materia fiscal.

El propio Presidente anticipo a los gobernadores en la reunión virtual previa al 9 de julio que habrá un paquete para las economías regionales, no les dio demasiadas precisiones pero el equipo de Matias Kulfas con la colaboración de Cecilia Todesca desde la Jefatura de Gabinete, plantea una participación fuerte de los bancos públicos y cooperativos, sumando fuertes medidas regulatorias del Central para sumar a los bancos privados con líneas de créditos a tasas por debajo de la inflación para las pymes y empresas exportadoras de valor agregado ( no de commodities), junto a líneas productivas, reformulación de la ley de concursos y una reducción de las cargas patronales que podría ser parte de la reforma fiscal ya descripta.

La pandemia no cesa pero por primera vez desde que comenzó la tragedia sanitaria a nivel global el Gobierno comienza a trabajar activamente en caminos de salida, después de meses dónde apagar el incendio fue la lógica prioridad.

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