General Alvear

Néstor Mosiuk: "Tenemos que renovar la pasión por el fútbol de Alvear"

 Como jugador, fue un volante central que marcó una época por su estilo de juego y que aún hoy lo demuestra disputando torneos comerciales. Como técnico es de los más respetados, con experiencia en tres equipos de Federal B (Andes, Huracán de San Rafael y Pacífico) y otros tantos Regionales. Vaya si es palabra autorizada para referirse al fútbol de General Alvear. Néstor Mosiuk, más conocido el Pulpo, ha construido una trayectoria de éxito que le permiten hoy ser dueño de una gran reputación.

"Al fútbol le debo todo. Ni hablar a Colón, que fue y es parte de mi vida. Tengo lazos muy fuertes con el club, toda la adolescencia la pasamos ahí junto a los amigos que hoy permanecen. El gran Amadeo (Manzilla) fue el formador de todos nosotros, tanto al ser jugadores y como persona. Eso me hizo tener una base importante para todo lo que vino aunque como jugador mis esperanzas eran más importantes en cuanto a llegar al profesionalismo. Quizá por mala suerte, no tener las cualidades necesarias o algo de audacia no pude estar más arriba, pero pude aprovechar la posibilidad que me dio el fútbol en la zona para conseguir grandes momentos y logros que hasta el día de hoy disfruto. Me gusta seguir aportando mi granito de arena al fútbol regional y fundamentalmente a General Alvear, para quien con siempre voy a estar predispuesto a ayudar" arrancó diciendo el protagonista, en la nota homenaje que realizó el programa Tridente Ofensivo en LV 23.

-No caben dudas de que Colón ha sido una gran cantera y supo ser imbatible en algunos momentos. ¿Han pensado en juntarse para tratar de levantarlo?

-Uno permanentemente está colaborando, más allá de que hoy no estemos de lleno en la parte dirigencial. Después de la muerte del recordado (Salvador) Bady Calafat, junto a Darío Martínez hemos llevado al club durante dos o tres años prácticamente solos. Eso condicionó nuestro futuro como dirigentes, porque a veces el tiempo y la imposibilidad económica de entregarle al club todo lo que uno quisiera, te van alejando. En este tiempo he querido dedicarme a la pasión de ser director técnico, pero ojalá en el futuro se una más gente y podamos reactivar todo aquello que fue tan importante.

-Siempre fuiste un volante central con elegancia. ¿Recordás la frase de Antonio Mayorga, que decía que para Mosiuk Alvear era chico?

-Por ahí son halagos un poco exagerados, de jugadores que también fueron mis ídolos. Lo de Antonio fue demasiado, incluso en el momento sus apreciaciones fueron inhibidoras para mí, aunque lógicamente se las agradecí. Yo dejé muchas cosas por el fútbol, me esforcé para conseguir lo que esperaba. Me quedo tranquilo porque con limitaciones di todo. Hoy con lo mucho o poco que uno puedo saber, apuesto a devolver un poco todo lo que me dieron.

-¿Cómo fue ser dirigido por Jorge Julio? ¿Es real que existía una suerte de guerra entre él y Eleazar Tercilla?

-Tenerlo a Julio como técnico fue uno de mis mayores orgullos. Siempre fue un adelantado, quizá no tan moderno pero con una gran capacidad y visión. Tenía la capacidad de armar equipos que siempre eran protagonistas. Yo agarré un poco tarde la disputa entre Julio y Tercilla, eso se dio más en San Rafael con los clásicos entre Huracán y Pedal. Pero fuera del fútbol, eran amigos, yo mismo lo pude comprobar compartiendo momentos con ellos.

-Muchos te consideran de los mejores volantes centrales que dio el fútbol de Alvear, junto a Roberto Agüero, Richard Pérez y otros nombres muy reconocidos ¿Lo sentís así?

-Hubieron que seguramente fueron mejores. En ese puesto yo siempre nombro a Rodolfo García, que para mí era un jugador a imitar sobre todo en la personalidad. Era uno de esos jugadores en los que el rival siempre tomaba recaudos cuando sabían que jugaba. Seguramente se me escapan muchos nombres, pero realmente fueron muchos los que marcaron la diferencia.

-Como técnico también has tenido una gran trayectoria y uno de los pasos más recordados es el de Pacífico en 2016. ¿Qué le faltó a ese equipo para ascender?

-Creo que fue un paso muy bueno. Conformamos un equipo importante, muy prolijo en cuanto a la armonía que podía brindar y claramente a la altura de la categoría. Los primeros 12 o 13 partidos fueron espectaculares, hicimos una diferencia importante en cuanto a la puntuación, nos mantuvimos invictos por mucho tiempo y sobre el final tuvimos algunas distracciones que no nos permitieron ser primeros en esa zona. Perdimos un partido con Huracán Las Heras que fue determinante y al último encuentro con Luján llegamos con fuertes bajas como Maxi Herrera y Perico Ojeda. Nos tocó definir como visitante contra Colón Junior de San Juan, con una cancha y ambiente imposible de jugar y un temperamento nuestro no acorde a las circunstancias.

-¿Qué significó dirigir al Negro Herrera?

-Fue uno de los mayores orgullos que he tenido. Herrera es un jugador distinto, todavía no puedo entender cómo no está en un nivel superior, de hecho tiene todas las condiciones para hacerlo. Uno lo veía en las prácticas y marcaba mucho la diferencia, quizá tenía alguna dificultad que uno no sabía. Además era un gran compañero y mejor persona, siempre estuvo muy predispuesto con el grupo.

-Esa gran campaña lo dejó a Pacífico clasificado a la Copa Argentina en la que hizo historia. ¿Te molestó que quizá muchos no recordaran cómo se originó ese proceso?

-No me molesta, uno tiene la conciencia tranquila con lo que hizo esté o no el reconocimiento. Yo tuve la posibilidad de continuar en el club y no lo hice. Vino Julián Sánchez, hizo una campaña espectacular y clasificó para jugar con Estudiantes, dejando de lado su ego y permitiendo que Andrés Villafañe se llevara todos los méritos. El fútbol es así, hoy te permite que te reconozcan y mañana un nuevo resultado hace olvidar el anterior. Por eso uno tiene que estar preparado para una continuidad en su carrera. Eso es lo que yo hago, me pongo objetivos así juegue en el Club Banco Nación o en un equipo de primera.

-¿Cómo encarás esta nueva etapa en Ferro?

-Estamos trabajando con Sergio Barbero en la preparación física y esperamos que todo esto pase para poder volver. Hemos podido arreglar en un club con un futuro importante, con dirigentes jóvenes que hacen de esto algo especial. He intentado acoplarme con ellos y ayudarlos en muchos aspectos. Estamos con muchas ilusiones porque Ferro tiene un potencial muy grande a nivel dirigencial y eso entusiasma.

-¿Cuál creés que es el motivo por el que los proyectos no duran en los clubes?

-Considero que siempre hay que tener los objetivos claros. En Ferro fue lo primero que hablamos y ojalá lo podamos llevar adelante. Por las condiciones que existen a nivel dirigencial en Alvear, quizá cuesta mucho mantener a un cuerpo técnico por mucho tiempo. Otra de las cosas por la que yo vengo peleando es por la unión entre los técnicos del departamento, hacer un grupo para capacitarnos y concretar un mejoramiento general, intercambiar opiniones y conseguir que en los clubes se trabaje de una manera más uniforme.

-¿Cómo ves el fútbol de Alvear en los últimos 5 años?

-Creo que el fútbol es más complejo que lo que la gente ve en la cancha. Hay muchas cosas por mejorar para que esto sea como alguna vez fue y una de las cosas es renovar la pasión por el fútbol de Alvear. Eso hay que hacerlo con dirigentes, árbitros, público en general, periodistas. Cuando veo que alguien idolatra al fútbol de Buenos Aires por sobre el de Alvear, me enojo. Ni hablar cuando se hace una cena para peñas de Boca o River y se juntan 200 o 300 personas. Si eso lo querés hacer en un club, sería difícil juntarlas. Tenemos que crear nuestra propia historia y no la vamos a crear mirando fútbol de Buenos Aires. 

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