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Cómo viven los credos la pandemia en Mendoza

El coronavirus motivó un cambio en las costumbres de todos los habitantes del mundo y por supuesto que en los templos religiosos hubo que someterse a las nuevas directivas del distanciamiento social impuesto por el Gobierno de Mendoza, en pos de no expandir el contagio. Sitio Andino hizo un repaso de cómo viven los credos en la provincia. Poca gente, encuentros en la web y mucha responsabilidad de los fieles.

Corren los días y de a poco los mendocinos se vuelven a prestar a cultivar su fe en las iglesias, tras la flexibilización de la mayoría de las actividades. Sin embargo, las normativas vigentes no permiten la presencia de más de 30 personas en las misas, festividades o reuniones, y en otros casos no debe haber un espacio que sea ocupado en un más del 25%. 

En este sentido, nuestro medio se comunicó con algunos de los referentes de las creencias mayoritarias en Mendoza, quienes contaron sus experiencias. El punto en común entre cada uno de ellos es que hubo muchas alternativas para tener enlazados a sus feligreses, las cuales se basaron en las comunicaciones vía internet.

En el plano evangélico

Damián Miranda tomó la palabra y contó cómo transcurren los días para "Presencia de Dios": "Comenzamos el domingo 7 de junio a realizar las reuniones nuevamente. Durante todo el tiempo del aislamiento hemos estado realizando actividades online. Tenemos una pagina de facebook -presenciadediosmendoza-, donde transmitimos los mensajes desde nuestro hogar en los mismos días y horarios que teníamos antes de la cuarentena. Llevamos a cabo estudios por la pagina. También realizamos grupos de crecimiento espiritual y de contención a través de videollamadas por Whatsapp. Usamos diferentes plataformas como Skype y Zoom. Con las personas mayores que no manejan las redes sociales estuvimos en contacto por teléfono", detalló. Y puntualizó: "Realizamos dos reuniones los domingo solamente con 30 personas. La entrada es por una puerta y la salida por otra diferente. Colocamos trapos de piso con lavandina en la entrada, hay dos colaboradores que les dan alcohol en gel en las manos a los que ingresan y les pulverizamos con alcohol (70/30). Todos están con barbijos.. Se tienen que anotar previamente para poder asistir a las reuniones y tomamos todos los datos correspondientes. Las sillas están colocadas a un metro y medio de distancia y se higienizan antes y después de cada encuentro. Les solicitamos a los que estén enfermos o sean de grupos de riesgo  no asistir". 

En esta sintonía se mostró Fabian Ruiz, quien lidera a la congregación de La Alameda: "La iglesia nunca dejó de funcionar. Simplemente la actividad se movió a las casas. Todavía no hemos retomado las celebraciones presenciales del fin de semana. Por un lado porque en nuestro auditorio la asistencia promedio es de 1600 personas cada domingo, para lo que el cupo de 30 personas resulta insuficiente. Por otro lado nuestra comunidad de fe siente que colaborar en la no circulación del virus es un verdadero acto de amor cristiano. Otro motivo es la misma esencia de nuestras celebraciones: festivas, afectivas, inspiradoras. Aspectos que el actual protocolo no permite aún. Preferimos esperar que se den esas condiciones", sostuvo. Y contó: "Desde hace unas semanas activamos el nuevo protocolo para las actividades esenciales que la iglesia realiza en cuanto a grupos de recuperación de adicciones, acompañamiento de personas en situaciones de riesgo y procesos terapéuticos que forman parte de la labor integral que realizamos. Cuando comenzó la cuarentena nuestra primera meta fue mantener a la gente conectada. Entendemos que el aislamiento fue necesario por razones sanitarias, pero también sabemos que el aislamiento humano afectivo no es bueno para la salud psicosocial y espiritual de las personas. Para lograr esto hemos aprovechado todas las herramientas de internet. Cada fin de semana transmitimos nuestras celebraciones en todos los canales sociales. La otra meta urgente fue acompañar a los más vulnerables. Con voluntarios de la comunidad hemos potenciado nuestro programa de ayuda alimentaria, acompañamiento de adultos mayores y asistencia en comunidades carenciadas".

En el plano católico

Daniel Caballero, de la Parroquia San Isidro Labrador del Decanato Este, dio los detalles del movimiento de fieles católicos y se mostró confiado en que vamos a salir de esta situación: "La iglesia trabajó durante la cuarentena completa, porque lo que se cerró es el templo para el culto como las misas y la catequesis, pero los sacerdotes estuvimos trabajando. Hace tres semanas que volvimos con la gente hasta 30 personas que es lo que permite el protocolo que presentó el Gobierno", empezó. Y agregó: "El tema de la cuarentena lo llevamos como todo el mundo, cuidándonos, aplicando las normativas, los padres tenemos el permiso de circulación porque la labor que hacemos es la visita a los enfermos y el acompañamiento a las Cáritas, los merenderos y a los lugares marginales como así también a las personas que están solas. La iglesia se desplegó a través de comisiones por internet para no perder el hilo de las catequesis. La gente se acercó muy prudentemente y siempre respetando los protocolos, no ha habido una concurrencia masiva, hay que anotarse y cumplimos ".

Otro de los que se sumó a la movida, Marcos Alemán, de la Parroquia Virgen de los Pobres, expresó que no cesaron nunca las ayudas a los demás a pesar de la pandemia: "Si bien se habían suspendido todas las actividades, la iglesia siguió funcionando en la cuarentena atendiendo a las familias con alimentos y mercadería. Hace dos domingos que volvimos a funcionar y celebramos la misa con un máximo de gente debido a lo que dice el protocolo. Se le toman todos los datos a los que se inscriben por si llega a haber un contagiado podemos rastrear a los que estuvieron presentes", dijo. Y comentó: "La cuarentena la vamos llevando paso a paso, descubriendo los criterios para poder acompañarnos más allá de la ayuda material sino que también desde la contención espiritual y ese tomar conciencia de que de esta salimos todos juntos. Muchas cosas de las que vivimos como comunidad la vamos proyectando como un construir para después de esto. Estamos viviendo una nueva realidad, el coronavirus nos está enseñando a valorarnos a nosotros y a nuestras familias". 

Credo judío

Por último, Fabián Zaidemberg representa a la comunidad judía en Mendoza y señaló cómo se movieron sus seguidores en estos tiempos complejos: "En la ayuda social se continuó trabajando de manera inmediata. La escuela israelita siguió trabajando como todas las escuelas de la forma que pudo con internet y con mails. Desde el club lo hizo con actividades culturales y en la comunidad judía lo hacemos por el Zoom y el Facebook, lo mismo que con los servicios religiosos. Si bien el Gobernador nos permitió volver a reunirnos entendemos que debido a las complejidades de salud consideramos por ahora mejor no encontrarnos personalmente en grupos grandes y continuar haciendo los rezos por internet". manifestó. 

Y finalizó: "Llevamos la cuarentena con el dolor que esto trae, esta realidad anormal de estar encerrado. Entendemos que es fundamental respetarnos por amor apropio y el cuidado ajeno que es por lo que tenemos que hacer como argentinos y judíos. Los grupos están haciendo las actividades habituales, otros se juntan de a dos o tres a trabajar, pero las reuniones fundamentales son en un café con poca gente que necesita hablar conmigo o eventualmente alguna visita que tenga que hacer muy puntual. No hay ninguna actividad multitudinaria en nuestra comunidad de ninguna índole".


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