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Las maliciosas y perversas políticas de los pampeanos: parte II

SE TOMAN EL AGUA MENDOCINA

Por Editorial Medios Andinos

Punta del Agua es uno de los parajes más hermosos de Mendoza. Ubicado al sudeste del departamento de San Rafael es considerado una gema en el desierto. Asentada en las faldas del cerro Nevado, Punta del Agua tiene un microclima particular casi sin vientos ni tormentas, y con una temperatura agradable en las estaciones más tórridas. Pero, sin dudas, su principal atractivo son las vertientes de agua natural de donde proviene su nombre. Desde este paraíso, verdadero oasis en el secano provincial, sale un acueducto de 190 kilómetros que lleva ese preciado bien -agua mineral de vertiente- hasta dos poblaciones de La Pampa: Santa Isabel y Algarrobo del Águila. 

Muchos no lo saben, pero los pampeanos beben agua mineral mendocina sin pagar un centavo por ella, mientras que en General Alvear (distante a apenas 80 kilómetros) el agua es de mala calidad y alta salinización. El acueducto Punta del Agua-Santa Isabel fue construído por Mendoza como parte de un acuerdo con el Gobierno de La Pampa (que en ese momento representaba Rubén Marín) y que junto con las regalías por los Nihuiles forman parte del "resarcimiento" que ha desembolsado nuestra provincia a lo largo de décadas. 

Además, es agua que proviene del deshielo del Nevado y que nace en territorio mendocino, abastece a 54 puestos del oeste pampeano y a una escuela. El Gobierno de Mendoza envía agua potable para abastecer a 6 mil personas cuando en la zona de influencia habitan apenas 3 mil. 

A pesar de estas acciones, La Pampa sigue ejerciendo una política maliciosa y feroz contra nuestra provincia por un sinfín de temas que, hay que decirlo, fueron decididos un siglo atrás cuando Mendoza era ya una provincia histórica y La Pampa continuaba siendo sólo un Territorio Nacional. 

En su última sentencia, la Corte Suprema de Justicia declaró la pretensión de que se "regule la utilización compartida de la cuenca de ese río (Atuel) y sus efluentes -siempre que la Provincia de Mendoza mantenga los usos consuntivos aplicados sobre la superficie afectada al riego de 75.761 hectáreas-". 

Entonces, lo decimos más claro que el agua: el caudal del Atuel NO alcanza para regar 75.761 hectáreas en el sur de Mendoza. A duras penas hasta 2017 se regaban 56 mil hectáreas y en los últimos años el río ha seguido perdiendo caudal producto del cambio climático. En las dos últimas temporadas agrícolas (2018-19 y 2019-20) el Atuel sufrió una pérdida del 54% de su caudal llegando a mínimos nunca antes registrados en la historia.

¿PARA QUÉ QUIERE MÁS AGUA LA PAMPA? 

Un completo estudio de la Universidad Nacional de Cuyo (que acompaña las presentaciones de Mendoza ante la Corte) muestra que hoy en día La Pampa tiene agua disponible para más de 100.000 hectáreas en el sector suroeste de su territorio, que desaprovecha absolutamente, sin haber dado lugar a un desarrollo que alcance siquiera el 10% de su potencial.

 En sus inicios, tanto La Pampa como Mendoza llevaron adelante desarrollos propios de las políticas de colonización pero con resultados diferentes. Mendoza logró un polo de desarrollo en el sur mendocino, fruto de una política decidida de colonización y trabajo, mientras que el Gobierno de La Pampa nunca promovió la explotación del noroeste pampeano. 

O sea, la ausencia de desarrollo en el territorio pampeano es ajena al uso del agua que hizo históricamente Mendoza.

No será hora de poner las cosas en claro. En blanco sobre negro y cortar el agua mineral que se toman los pampeanos y dárselas a los mendocinos de General Alvear.

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