opinión

Confusos mecanismos electorales

Una catarata de desafíos electorales domina el escenario y así seguirá siendo hasta fines de este año, aún cuando los sangrientos e inaceptables episodios de las últimas horas en Jujuy conmueven a un país que periódicamente paladea ominosas bacanales de violencia.

Por de pronto, hoy debe ratificarse en la ciudad de Buenos Aires el triunfo de Mauricio Macri, que se hizo evidente en la primera vuelta del 10 de julio. Una sola cuestión falta precisar: ¿Daniel Filmus, el candidato de Cristina Kirchner, reiterará su perdidoso 39% de 2007 o sacará un porcentual aún menor?

Tras la derrota kirchnerista en Santa Fe el domingo pasado, la seguidilla se continúa con Córdoba el domingo próximo, tercer gran distrito argentino que le es rigurosamente esquivo al Gobierno. En las últimas horas, ante el dilema que plantean las candidaturas de Oscar Aguad y Luis Juez, parte del oficialismo nacional tolera a regañadientes la postulación del veterano José Manuel de la Sota,
peronista que ha sabido a lo largo de tres décadas ser casi todo lo que se puede ser en su movimiento, cafierista, menemista, duhaldista y kirchnerista.

El ministro del interior, Florencio Randazzo, que rechaza la exitosa boleta única implementada por la coalición radical-socialista de Santa Fe, a la que acusa de poner en riesgo "la gobernabilidad", recusó el proyecto de reforma electoral que promueve el sistema de boleta única, alegando que "no resuelve
mágicamente nada", porque quienes la proponen buscan "debilitar a los partidos políticos y quitarles gobernabilidad" a quienes tienen cargos ejecutivos.

Randazzo, siguiendo las instrucciones de la Presidente, considera que el vetusto y primitivo sistema de las boletas sólo es temido por los partidos chicos, que no tienen fiscales suficientes para controlar que se las roben ni para reponerlas.

La Cámara Nacional Electoral, a la que la jueza María Servini de Cubría informó que -por falta de presupuesto operativo- podrían suspenderse varias elecciones, pidió formalmente, sin embargo, que la boleta única sea aplicada en todo el país, para terminaría con la proliferación de boletas dentro del llamado "cuarto oscuro".

En la provincia de Buenas Aires una mesa electoral puede exhibir hasta 30 boletas diferentes. Con boleta única, el Estado es responsable de imprimir y distribuir solo una boleta oficial con todas las candidaturas oficializadas.

El kirchnerismo hasta ahora se manejó con la excusa de la "practicidad", en la que se destacó como siempre Aníbal Fernández, para quien "si hiciéramos lo que quieren (la oposición), la boleta sería del tamaño de una bandera de ceremonias: 1,50 por 1,20", dijo en 2009, al responder a un proyecto conjunto de partidos opositores para modificar el anciano sistema de las boletas, que coloca a la Argentina al nivel de los países más atrasados el mundo en materia electoral.

Las elecciones del domingo en Santa Fe, que fue la primera provincia en darle vigencia a la boleta única, Según Randazzo, dieron un resultado negativo. En efecto, el candidato a gobernador por la Casa Rosada, Agustín Rossi, salió tercero, mientras que la cabeza de lista para diputados provinciales, María Eugenia Bielsa, salió primera.

El Frente Progresista, integrado por radicales, socialistas y partidos menores, deberá gobernar con una Legislatura opositora, ya que del total de 50 bancas, el kirchnerismo ganó en forma directa 28, mientras que las otras 22 fueron asignadas por el sistema proporcional D Hont.

La Cámara Nacional Electoral había reclamado que se haga realidad en todo el país el sistema de boleta única, aplicado el domingo 24 en Santa Fe.

El tribunal hizo referencia a los diferentes problemas que provoca la "inmensurable cantidad de boletas" que requiere el régimen actual, y calificó de inexorable un debate para reformarlo y aplicarlo en futuros procesos electorales. Así, recordó que ya había expresado "la conveniencia" de la boleta única, sistema que rechaza fervorosamente el Gobierno por razones muy obvias.

Se trata de solucionar la emergencia creada en la provincia de Buenos Aires, donde el juez electoral Manuel Blanco ya advirtió que eran tantas las listas de precandidatos para las llamadas "primarias" del 14 de agosto que no daría abasto para distribuir las boletas partidarias. Fue por eso que decidió que cada fuerza se hiciera cargo de llevarlas a las 31.519 mesas dispuestas en 4160 escuelas de esta enorme provincia. La reacción de varios partidos fue airada.

Carentes de una estructura suficiente para llegar a todas las mesas, se calificaron como "proscriptas". La Cámara decidió hacerse cargo de repartir las boletas, pero -eso sí- "de modo excepcional", en las próximas elecciones, decisión típicamente argentina, improvisada, de ocasión, a-la-que-te-criaste.

Lo hizo no sin advertir a los partidos que son ellos quienes tienen la "responsabilidad primaria" de suministrar las boletas y que la Cámara sólo entregará en cada mesa una cantidad inicial de no más de 50 por fuerza. Así estamos, chapoteando en la imprevisión y en el cortoplacismo más explícitos. Hace ya mucho que para la Cámara Electoral es necesario cambiar un sistema en el que se multiplican las patéticas boletas.

Ya a fines de 2009 patrocinaba adoptar la boleta única, resolución sencilla, racional, superadora y económica para la que el Gobierno no está preparado. En su acordada de esta semana, el tribunal aseguró que el sistema ya está probado en la Argentina, porque se usa para que voten quienes viven en el exterior y la población carcelaria.

El próximo domingo el sistema debuta en Córdoba, con una sola boleta. El Gobierno ignora desde 2009 lo que la Justicia recomienda en la materia y los jueces, por unanimidad, advirtieron, luego que ese año fueran numerosos los casos de robo y faltante deliberado de boletas.

El Gobierno, como siempre, actuó al margen de todo consenso y consulta, ratificando que solo sabe gestionar de manera unilateral. Sin mayores complicaciones, pudo sacar del Congreso la actual ley 26.571 de "reforma política", que eterniza las listas sábana y encubre varios engaños, incluyendo límites a la propaganda política en radio y TV que solo a último momento descubrieron los partidos.

Los ejemplares comicios de Santa Fe demostraron que cada ciudadano se enfrenta con una sola hoja de papel con toda la oferta electoral.

Es más libre cada uno, porque puede preferir a un gobernador de un partido y a legisladores de otro, sin asumir la compleja y engorrosa operación de cortar boleta. Al suprimir las engorrosos
complicaciones de las boletas, la papeleta única suprime grandes listas sábana, llenas de nombres ignotos, capitalizados por la tracción de la cabeza de lista principal.

Asegura que todos los partidos pueden estar presentes en el cuarto oscuro. Fiscales y electores ya no podrían robar boletas de sus rivales. En cambio, el artefacto de las "primarias" fue inventado para
que las candidaturas de cada partido surgieran del voto de los contendientes. No sucedió.

Cristina Kirchner es precandidata a presidenta para 2011-2015 desde el 10 de diciembre de 2007 y única candidata oficial desde el 27 de octubre de 2010. Lo mismo sucedió con la oposición. En la
UCR, Ricardo Alfonsín prevaleció y se apartaron sin competir Julio Cobos y Ernesto Sanz. Otro tanto pasó con Mario das Neves y Felipe Solá respecto de Eduardo Duhalde. Pino Solanas se autoexcluyó.

No es algo azaroso ó inexplicable: la democracia no es mejor en la Argentina porque gente con mucho poder así lo decide y ejecuta. A nivel nacional la Argentina exhibe hoy una democracia arcaica en sus procedimientos, de primitivos mecanismos.

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